Los investigadores aseguran que su técnica es capaz de detectar y controlar otros tipos de cáncer y enfermedades. La prueba no es invasiva y requiere solo una simple extracción de sangre y ya se ha empleado para identificar varios tipos de cáncer como melanoma, cáncer de ovario, de endometrio y de pulmón, así como lupus, artritis reumatoide, esclerosis lateral amiotrófica y la enfermedad de Lyme.
Para generar un termograma de plasma se “funde” una muestra de plasma sanguíneo con el fin de indicar el estado de salud de cada persona. Esto refleja las principales proteínas presentes en el plasma sanguíneo. Este equipo ha demostrado que el perfil del termograma plasmático varía cuando una persona tiene la enfermedad. “La clave no es la temperatura de fusión real de la termograma, sino la forma del perfil de calor”, explica.
El científico considera que estudios clínicos futuros podrían convertir al termograma de plasma como una prueba complementaria al método del frotis de Papanicolaou. Además, podría servir para monitorear la respuesta al tratamiento.
En resumen, “la prueba podría facilitar una detección más temprana, un enfoque terapéutico más eficaz y con un menor costo para la detección y tratamiento del cáncer de cuello uterino”, indican los investigadores.