Para formarse una idea de quién escribe, inserto enseguida esta parte de su mensaje: “La muerte temprana de mi papá, de dos de mis hermanos, de mi primer hijo, la enfermedad de mi tercera hija, la pobreza, han sido circunstancias que me han querido hundir en el sinsentido de la vida y dejarme postergado en la miseria y la pobreza.
Pero hay una fuerza dentro de mí que me inspira a luchar por crear un mejor futuro para mi familia y para aquellas personas a las que puedo servir por amor. Ha sido difícil la inserción en la sociedad para mí. Es cierto que en nuestro país hay pocas oportunidades para emprender un bello proyecto de vida, y aunque algunas veces el sueño americano ronda mi cabeza, he decidido permanecer en este bello país, porque aquí tengo una gran tarea y responsabilidad. Debo ver a mi país con un mejor futuro”.
Prosigue: “No he podido encontrar un trabajo en el sector ‘formal’, sin embargo, laboro en un pequeño negocio en el cual se vende comida. Allí he aprendido que la humildad es necesaria para servir por amor y que necesitamos unos de otros”.
Actualmente emprende un nuevo proyecto: Estudiar la Maestría en Filosofía en la misma universidad y de esa manera los acontecimientos cambiarían su futuro. Él confía que en Guatemala existe gente buena, y por eso ha pensado en la posibilidad de que por este medio pueda conseguir una ayuda económica para cubrir el pago de la matrícula de esta maestría.
Confía en Dios y en la bondad de las persona para poder concluir su maestría. Sí, yo también confío en Dios y en las personas, que su fe y sus esperanzas no se quedarán en el vacío de la indiferencia. Guatemaltecos de corazón, con los medios para hacerlo, van a responder a su llamado para su nuevo proyecto. Por referencias me he informado que se trata de un hombre talentoso y prometedor, por lo que cualquier ayuda es una buena inversión.
Por medio de su correo electrónico oscarfloresteologo@gmail.com se puede contactar y también por medio del 7887-0750. Para más información comunicarse a mi correo que aparece al final de esta columna.
rina.montalvo@gmail.com
