Compartir con los bebés mientras manipulan sus juguetes, hablarles y cantarles, los ayudará en su evolución. “A todos los niños les gusta aprender, quieren experimentar sobre cosas nuevas, pero si no hay motivación, su educación puede tornarse difícil”, asegura Thompson.
Cuando ambos padres trabajan y consideran llevar a sus hijos a un centro de estimulación temprana, deben pedir un programa de las actividades que desarrollan. Además, asistir antes a estas clases para observar la dinámica.
Las instalaciones del colegio deben contar con áreas amplias, para que los estudiantes tengan espacio libre para jugar y entretenerse.
Es necesario comprobar si los maestros y docentes tienen preparación en la enseñanza y cuentan con métodos específicos para la formación en lectoescritura.
“La formación de los niños depende de todos. Es un trabajo colectivo en el que los padres, tíos, abuelos y cualquier adulto pueden ayudar con tan solo brindar el tiempo necesario”, dice la experta.