“En este tiempo he descubierto lo importante del acompañamiento y el apoyo que se pueda tener de otras personas”, dice mientras recuerda cómo fue la primera fase de la enfermedad en 2013 cuando iba a cumplir 65 años.
En esa época fue chocante la noticia porque pensaba que por la edad no pasaría por eso. Ella encontró ciertas señales en su senos donde no se palpaba nada, pero se hacían unos tipos de hoyitos en su pecho y al hacer la biopsia dio positivo.
“Cuando el médico me habló me sentí como atacada porque no es fácil recibir ese diagnóstico. Saqué fuerzas de adentro y dije si estoy con este diagnóstico al toro por los cuernos y dígame qué vamos a hacer”, es el recuerdo que tiene de ese momento.
Se hizo una operación. Aunque se le ofreció que fuera en manera parcial decidió hacerlo completo y retirar la mama, lo cual fue acertado porque se encontró otro tumor que no fue visible a las pruebas.
El apoyo emocional comenzó después de la operación por lo difícil del momento. “Uno se ve al espejo y sabe que no es la misma persona que está enfrente, pero es ahí donde se debe poner a pensar que el poder de la mente debe ser más poderosa que cualquier otra situación…puedo vivir con esto”, fue uno de los pensamientos de Julieta frente a esta situación.
“Fue encontrado a tiempo, se tuvo un buen protocolo y el seguimiento médico también fue importante porque si le hablan a uno con la verdad y se lleva el proceso adecuado se reconoce el camino a seguir”, dice.
Julieta en ese entonces encontró al grupo de apoyo Vida y Esperanza, en el cual sigue perseverando y en la actualidad apoya a otras mujeres que pasan por experiencias similares. Nos reunimos una vez al mes y aunque por la pandemia se volvió virtual este año pensamos regresar a presencial, comenta.
El punto de partida
Sergio Ralón, jefe de la clínica de tumores y enfermedades Mamarias del hospital General San Juan de Dios y Presidente de la Asociación Guatemalteca de Mastología, explica que actualmente se tiene un protocolo multidisciplinario en donde el apoyo emocional es importante durante el diagnóstico, cirugía y tratamiento.
Un especialista en psicología oncológica es importante para el soporte emocional. Afecta el tipo de cirugía según el tipo de cáncer, por ejemplo el cáncer de glándula mamaria es uno de los más drásticos en la imagen corporal o los cambios en cáncer de próstata y su función sexual, explica Ralón. “La ayuda psicológica beneficia no solo a la paciente sino a la familia a entender qué se espera, además de tener técnicas de manejo de estrés y otros tema”, agrega Ralón.
Ralón reconoce que como médico hay una diferencia entre quienes reciben un apoyo emocional porque regularmente enfrentan de mejor forma el diagnóstico y proceso. “Lugares que todavía no toman en cuenta este acompañamiento emocional están atrasados cerca de 20 años en el manejo del cáncer, es esencial en los grupos que manejan pacientes con cáncer”, expresa el médico.
Lea Echeverría, psicóloga especializada en oncología, desde que estaba entrenándose en su profesión empezó a caminar en el tema.
“Las mujeres pasan por un tratamiento y viven, pero a algunas deben mutilar una parte del cuerpo muy representativa para las mujeres, representa autoestima, nuestra fisionomía y tienen una función como mujer y esto crea un impacto fuerte”, dice la psicóloga.
Ellas necesitan un soporte frente a una mala noticia, pero lograr enfrentarlo, desarrollar la resiliencia, adaptar a los tratamientos y diagnóstico y tener la capacidad para cada proceso y poderse reinstalar a su vida, explica Echeverría.
“Los médicos tienen el compromiso de poder dar el diagnóstico y hacerlo con empatía y respeto. Desde la forma cómo se da el diagnóstico influye en la manera que el paciente enfrentará la enfermedad”, agrega la psicóloga. La recomendación es nunca dar el resultado por teléfono ni correo electrónico sino hacerlo de frente.
“En cáncer en fases tempranas es manejable y puede tener hasta un 93% en pronóstico de vida”, comparte la profesional. Su sueño como psicóloga se ha enfocado en orientar a mujeres a darles apoyo frente a una enfermedad que pareciera catastrófica y poner un grano de arena para que esas enfermedades sean manejables como seres humanos.
“Lejos de tener miedo es saber qué hacer porque tarde o temprano algún conocido pasará por esto o nosotros mismos”, dice Echeverría. En la actualidad están llegando mujeres muy jóvenes a ese proceso desde los veinte años, 35, 40 y más, en ocasiones no están casadas o no tienen hijos, algunas sufren de menopausia prematura, entre otros efectos.
La Sociedad Americana de Oncología Clínica explica que el asesoramiento además ayuda a sentirse menos abrumados y con más control, sobrellevar los síntomas y los efectos secundarios como dolor y fatiga, así como manejar las inquietudes emociones sobre la imagen personal y corporal, entre otras dudas como la intimidad en pareja.
Un asesor también puede ayudar a hablar con el equipo de atención médica, familiares y amigos, así como buscar recursos para lidiar con otros aspectos de la vida.
Cómo sobrellevar este proceso
El apoyo emocional ayuda a los pacientes en quienes se trabaja el amor propio y fases para enfrentar su proceso de sanación. Además existen otros factores y acciones que les ayudan durante el diagnóstico y tratamiento.
- Para el paciente es importante reconocer que el médico sea empático. Esto ayuda en su proceso. La comunicación permite diagnósticos más precisos y fomenta la adhesión al tratamiento.
- Alimentarse de forma saludable.
- Ejercitarse en las etapas que sea recomendable.
- Participar en actividades o algún pasatiempo que le guste.
- Entre más se incorpore a sus actividades diarias le ayudará emocionalmente.
- Buscar apoyo emocional o asistir a grupos de apoyo.
- Validar las emociones para comprender por el proceso que se está pasando.
- Recibir apoyo de la familia y amigos.