Salud y Familia

Beneficios de montar a caballo: cómo ayuda al desarrollo físico y emocional

Generar un vínculo con un caballo brinda beneficios físicos y psicológicos. La convivencia puede ser desde salir a caminar con él o practicar equitación.

La convivencia con los caballos genera un vínculo de pertenencia en la niñez y juventud. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández).

La convivencia con los caballos genera un vínculo de pertenencia en la niñez y juventud. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández).

“Cuando vemos de lejos a los caballos nos damos cuenta de que son animales impresionantes y que imponen respeto por la fuerza que proyectan. Sin embargo, cuando logramos conectar con ellos nos percatarnos que son muy sensibles, divertidos y que todo el tiempo, ya sea por movimientos faciales o corporales, se están comunicando con nosotros. Son unos buenos amigos”, comenta Yeison Ochoa, entrenador y educador equino.

El joven relata que desde pequeño ha tenido relación con estos animales, ya que su papá se dedicaba a entrenar caballos para carreras. Desde los ochos años, aproximadamente, a él le llamaba más la atención entender qué piensan y cómo se comunican, que montarlos o entrenarlos para ganar competencias.

El primer animal que le permitió acercarse fue una yegua de crianza que tenía su papá y que estaba embarazada.

“Cuando vi que estaba en gestación decidí acompañarla en todo el proceso. De ella nació ‘Grinpoc’, una potranca muy hermosa que también me enseñó cómo los caballos se relacionan con su entorno, incluidos los humanos. Ambas tenían mucho carácter, imponían su fuerza, pero también eran muy sensibles y agradecidas. Sabían cómo era mi sentido del humor y así me permitían acercarme. Al convivir con ellas afiné mis sentidos y mi sentir hacia estos animales. Decidí que para entenderlos tenía que estudiarlos”, agrega.

De acuerdo con Antonio Rivera, coordinador del Grupo de psicólogos, consejeros y motivadores de Guatemala, el simbolismo psicológico que se le atribuye a los caballos es el de libertad, ya que poseen habilidades de agilidad, intuición y fortaleza. Por ello en el campo se les da un alto valor emocional y varias personas los tratan como si fueran sus amigos.

Los caballos se caracterizan por tener mucha intuición. “Hay experiencias de personas que cuentan cómo estos animales se niegan a pasar por un lugar cuando sienten la presencia, por ejemplo, de serpientes en el pasto o cuando el río es muy profundo. De esta manera evitan poner en riesgo a sus dueños. Además, otorgan seguridad emocional y sentido de libertad y fortaleza”, opina el profesional.

Relación afectiva

Todos los deportes aportan bienestar físico y emocional, sobre todo los que conllevan un esfuerzo mayor, ya que esto se convierte en un aliciente más. Carmen Solís dice que desde que comenzó a practicar equitación hace tres años su vida cambió positivamente. Las tres veces por semana que monta a “Jitana” la mantienen motivada y de buen humor.

Una de las mejores formas de crear conexión con el caballo es caminar junto a él. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández).

“Después de un proceso fuerte de ansiedad comencé a buscar deportes que me ayudaran a estar tranquila. Intenté varios, hasta que me recomendaron el contacto con animales, así que investigué acerca de la equitación. Comencé con muchos nervios porque los caballos son animales grandes y fuertes, que quizá a la primera impresión dan miedo, pero cuando los conoces y conectas con ellos se vuelven tus compañeros, tus amigos”, dice.

La pedagoga asegura que la equitación ha sido su motivación para levantarse con la esperanza de que será un buen día sin importar qué pase. Incluso, comenta que en los momentos que más ansiedad siente piensa en las buenas experiencias que ha tenido con la yegua y rápidamente se calma. “Pensar en mi amiga equina es mi medicina. Hago ejercicios de respiración y pienso en la sensación cuando estoy sobre ella. Ese sentimiento de empoderamiento y de grandeza. Hasta puedo sentir el olor al heno, a la naturaleza que nos rodea cuando estamos juntas”.

Para la mujer de 30 años, la yegua se ha convertido en su fuente de energía, que la impulsa a seguir adelante. Opina que cada deporte tiene beneficios, pero en el caso de la equitación, por el contacto con los animales, se crea una conexión con un ser vivo que piensa, siente y se expresa como también lo hacen los humanos.

Rivera enfatiza que montar a caballo brinda empoderamiento por su potencia física, ritmo al caminar y velocidad; por lo que la persona siente que el animal la impulsa a seguir sus sueños y puede llegar lejos con su compañía.

La convivencia con estos animales y la naturaleza brinda equilibro y fortaleza corporal, agilidad, seguridad en sí mismo, facilita el sentido de orientación, intuición y osadía para enfrentarse a la vida.

Equinoterapia

La equinoterapia es una de las practicas más conocidas con caballos. Estos animales tienen tres velocidades, mejor conocidos como “aires”: paso, trote y galope. Cada uno aporta el patrón fisiológico de la marcha humana, lo que beneficia a las personas que por alguna enfermedad han pasado mucho tiempo en silla de ruedas o en cama.

Además, durante cada aire el caballo aporta impulsos rítmicos que son de beneficio psicológico y motriz. Por ejemplo, un caballo en velocidad aporta de 90 a 110 impulsos que ayudan a estimular el cerebro, músculos, tendones y órganos.

Este tipo de terapia es usada en niños con déficit de atención, personas son síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, ceguera, sordera y espina bífida.

Otros beneficios

Además de los provechos antes mencionados que brinda esta actividad, Walter Girón, instructor de equitación, comenta que se fortalece el torso al sentarse derecho y presionar las piernas hacia el cuerpo del caballo. Estos músculos que se activan son imprescindibles para la correcta postura -espalda recta- y equilibrio cuando se está arriba del animal.

Beneficios de los caballos
La convivencia con los caballos aporta sentido de empoderamiento y libertad, debido a su tamaño y fuerza. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández).

En este deporte se trabaja principalmente la espalda, las piernas y los brazos para mantener una buena postura y evitar lesiones. Muchas veces los jinetes terminan agotados después de un entrenamiento debido a la coordinación de sus extremidades con sus pensamientos y los del caballo. Aunque muchas personas consideran que el animal es el que hace todo el trabajo, en realidad se necesita hacer ejercicio para sobrellevar el esfuerzo que se debe hacer para mantener el equilibrio.

Estudios científicos han explicado que estar sobre un animal, como el caballo que tiene una temperatura corporal mayor que la nuestra, repercute en el organismo favoreciendo la circulación sanguínea. “No olvidemos que la equitación es un ejercicio, se requiere de un poco de resistencia física para realizarla, se necesita fuerza en los músculos para mantener el equilibrio cuando el caballo jala hacia un lado. Por ello se dice que ayuda a la quema de calorías por la cantidad de energía que se gasta durante las cabalgatas de alta intensidad”, añade Girón.

Al tener que estar alerta ante posibles cambios de ritmo por parte del caballo se favorece la coordinación motriz fina y gruesa, los reflejos y la planificación motora. También mejora la percepción del esquema corporal y favorece la adquisición de lateralidad.

A nivel psicológico, la convivencia con animales y la naturaleza aporta muchos beneficios, sobre todo en la niñez. A los más pequeños se les estimula el sentido afectivo hacia los caballos y aprenden a valorar la fuerza y determinación de estos; así como se promueve la curiosidad y el dar y recibir cariño.

Beneficios de los caballos
Rodearse de naturaleza y animales ayuda a disminuir los niveles de estrés y cambiar de rutina. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández).

En el caso de los adultos se entabla una relación con el caballo que se monta. Quienes practican equitación aseguran que se “convierten en uno mismo”, ya que no se trata de un instrumento para hacer deporte, sino de un ser vivo que también siente, piensa y se expresa. “Para lograr el vinculo animal y persona hay que tomar en cuenta que el caballo pensará como caballo. No lo podemos humanizar. Él actuará por su instituto, que muchas veces es el de huir al sentirse una presa. Por eso hay que estar atentos a cualquier movimiento impredecible”, dice Ochoa.

Para lograr una conexión con este animal es recomendable relacionarse “pie a tierra”, es decir, sacar a caminar al caballo, sin montarlo, ya que de esta forma tanto la persona como el equino estarán haciendo las mismas actividades: caminar al mismo paso, disfrutar de la naturaleza y estar atentos a su entorno.

Estar frente a un caballo exige estar en constante coherencia emocional, alineando nuestro pensar, sentir y hacer.  Ellos son muy perceptivos y pueden sentir las emociones que experimenta el jinete, por lo que Girón recomienda ser lo más sinceros posibles con el caballo y con el entrenador, expresar los miedos y los nervios, pero confiar en que el animal puede llegar a ser un buen compañero de equipo. El experto recomienda que luego de un entrenamiento o convivencia con el animal se le lleve a su corral, se le dé alimento y se le hable, para fortalecer el vínculo afectivo.

Carmen Solís afirma que esas acciones de convivencia después del entrenamiento son las que la llevaron a comprender que los caballos son animales que requieren de mucha atención y comprensión. “Ellos también se cansan y se estresan, por lo que hay que aprender a leer sus rasgos corporales y faciales para comprenderlos. Son seres vivos y merecen calidad de vida”, asegura.

Ante esto Ochoa apoya la idea de que los animales merecen ser tratados como seres vivos, que pueden llegar a sufrir depresión, ansiedad y altos niveles de estrés; por lo que recomienda que si se desea practicar equitación el jinete se asegure que los caballos están bien cuidados y sanos física y mentalmente.

ESCRITO POR:

Andrea Jumique Castillo

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.