La acción terapéutica de las plantas es más lenta, por lo que no son convenientes cuando los síntomas son graves, explica Carolina Rosales, bióloga botánica y coordinadora del Jardín Botánico de la Universidad de San Carlos. Es importante ser precavido con las dosis y no sobrepasar el consumo recomendado, ya que algunas planas tienen toxicidad leve, agrega.
Para el empleo adecuado de cualquier planta medicinal, es preciso consultar a un profesional especializado en herbolaria o medicina natural, sobre todo si se está embarazada o tomando medicamentos, refiere el naturópata René Araujo.
“Muchos piensan que las plantas no tienen efectos secundarios. Sin embargo, las propiedades farmacológicas se extraen de las plantas y pueden producir riesgos en las interacciones medicamentosas, si no son recetadas por un especialista”, advierte el naturópata Francisco Quiñónez.
Hay que ser cuidadoso con la cosecha y recolecta, y la calidad del secado de hojas y flores, para no reducir su capacidad terapéutica y propiedades etnobotánicas, dice Quiñónez. “Recomiendo adquirirlas con un productor que garantice el proceso de corte y secado”, añade.
Si se siembran en casa, Rosales aconseja ponerlas a secar a media sombra y no en el microondas, y almacenarlas en frascos de vidrio con tapadera hermética, en un lugar seco.
Para conocer y aprovechar los beneficios de las plantas, se puede consultar el Vademécum nacional de plantas medicinales, que contiene suficiente evidencia científica de sus efectos y que está aprobado por el Ministerio de Salud. En esta edición se incluyen algunas plantas medicinales, usos y dosis.
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Fuentes consultadas: Carolina Rosales, teléfono 2331-0904; René Araujo, araujo.rene@gmail.com; Francisco Quiñónez, 2335-2237, y Vademécum Nacional de Plantas Medicinales, de Armando Cáceres..