Entre las 5 y 7 semanas, empiezan a hacer sus necesidades dentro de este y pueden o no cubrirlas con la arena. Esta es una conducta innata de los felinos, que usualmente inicia a las 7 semanas, aunque algunos gatos pueden dejarlas expuestas, se explica.
La mayoría de gatos prefieren usar el arenero en lugares privados. Este debe ubicarse lejos de las áreas donde el felino se alimenta y bebe agua, y de los sitios donde suele descansar o dormir. Los gatos pueden llegar a usar el arenero de tres a cinco veces al día, por lo que es importante mantenerlos limpios.
Dichas guías recomiendan adquirir areneros rectangulares, que sean 1.5 veces más grandes de tamaño que el largo del gato, de la nariz a la punta de la cola. Se aconseja que su tamaño sea de 86 por 39 cm. Deben ser de fácil acceso.
“El momento más vulnerable del gato es cuando orina o defeca y, por esa razón, el arenero debe ubicarse en un lugar tranquilo y sin ruido, lejos de electrodomésticos como lavadoras y áreas de paso de la familia”, señala Maiko Calderón, director y fundador de Mishos GT.
Es importante que se disponga en casa de un arenero por cada gato más uno adicional. Por ejemplo, si son dos los gatos que habitan la casa, debe haber tres areneros. Los gatos los usan sin tener que encontrarse con otros de su especie. Se recomienda colocarlos en diferentes lugares de la casa. El felino puede evitar el uso del arenero si lo asocia con estímulos o experiencias adversas, como el hecho de que se mantenga sucio.
Se debe limpiar una o dos veces al día y se aconseja lavarlo y reemplazar toda la arena con regularidad.
Hay gran variedad de tipos de areneros en el mercado, expone Mónica Leiva, gerente de Pet Click GT, quien aconseja adquirir aquellos que sean amplios, para mayor comodidad del felino y en los que puedan dar vueltas, con bordes altos para evitar la dispersión de arena en la superficie cuando el gato entierra sus necesidades.
Calderón detalla que hay areneros con cubierta y una abertura para que ingrese y salga el gato con facilidad, que disminuye la emanación de olores fuera de este y le brinda mayor privacidad al felino, pero hay que verificar que sea de fácil limpieza. Para los gatos, es indiferente el tipo de arenero, siempre y cuando este les permita ponerse de cuclillas con facilidad y se mantenga limpio.
En los últimos años se promociona cada vez más los areneros automáticos, que tienen un alto valor —de entre Q700 a Q3 mil—, pero que son ideales para las personas que no tienen tiempo de limpiarlos, pues tienen un rastrillo incorporado que retira, cada cierto tiempo, los desechos hacia una esquina o parte inferior, donde se encuentra una bolsa para ya solo retirarla. Tiene un sensor para evitar hacer esta limpieza cuando el gato lo esté usando.
Sustratos
Comúnmente, los gatos prefieren sustratos suaves y porosos, como arena, aunque depende de cada animal.
Hay arenas que son aglutinantes, es decir, encapsulan la orina y heces en forma de pequeñas bolas para poder retirarlas con mayor facilidad con una pala. Estas, además, no producen polvillo, son altamente absorbentes y neutralizan el olor de manera significativa. Estas arenas son de máximo rendimiento, pues se retira solo la suciedad y se evita el desperdicio porque no se reemplaza toda la arena y solo se agrega la que se vaya necesitando. Sin embargo, su valor es más alto que el de las arenas simples.
Hay que evitar sustratos con aromatizantes, pues les desagradan a los gatos. El sustrato preferido, en la mayoría de los casos, debe ser similar a la arena, sin aroma, y colocarlo en el arenero con una profundidad de unos 10 cm. Para determinar cuál le agrada al gato, se puede hacer un test, al utilizar varios sustratos en areneros y profundidades diferentes.
Leiva sugiere utilizar fibra 100% natural de coco como sustrato, por ser de producción nacional y ecológica. Asevera que 36 litros de este producto puede llegar a rendir ocho semanas para un arenero usado por hasta tres gatos.
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Por ser más económicos, Calderón refiere que se puede usar arena de río, blanca o aserrín, pero estos no son aglutinantes, no absorben la orina ni los olores, y deben sustituirse totalmente. Recuerda que se debe priorizar en el bienestar del animal y no en el ahorro.
No se aconseja el uso de papel periódico, pues si no se reemplaza cada vez que el gato haga sus necesidades, este no lo volverá a usar, pues no le permite enterrar sus necesidades.
Cuando el cachorro llega a la edad de que experimente con el uso del arenero, Calderón recomienda instarlo a que juegue con sus patas con el sustrato.
Si el gato orina o defeca en lugares que no sea el arenero, aunque este se mantenga limpio, con un sustrato idóneo y en un lugar cómodo, consultar con el veterinario para descartar cualquier patología, tanto física, como mental, derivadas estas últimas, de las condiciones de su entorno.
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