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“El miedo es la sensación del cuerpo que nos hace estar alera a los peligros que puedan existir”, dice María Inés Elgueta, psicóloga clínica. Asimismo, explica que se trata de una sensación desagradable ante la presencia de un peligro, real o supuesto, que nos hace actuar para salvar nuestras vidas.
De acuerdo con Sara Chinchilla, psicóloga clínica, el miedo es uno de los sentimientos primarios junto con el enojo, la alegría, el amor y la tristeza. “Este nos protege de los peligros de la vida diaria; si no lo sintiéramos, estaríamos constantemente expuestos al peligro”, agrega.
Pero ¿qué sucede con las fobias? Estas, más allá de las sensaciones que nos provoca el miedo, se trata de un trastorno emocional o psíquico, “es cuando nos encontramos ante aquello que nos provoca un miedo irreal, entonces se crean trastornos de ansiedad”, explica Elgueta.
¿Cómo distinguimos un temor de una fobia?
Muchas veces, los términos de ‘miedo’ y ‘fobia’ son confundidos, y son mal utilizados por las personas. Es decir, al tratarse de una situación de temor, entre los parámetros de lo normal, algunas personas suelen llamarle ‘fobia’. ¿Cómo lo diferenciamos?
Recordemos que la fobia se trata de un trastorno, del temor intenso y provocado por traumas que personalmente se han vivido. En el caso del miedo, algunos son aprendidos, dice Elgueta. “Hay personas que dicen que tienen fobia a las alturas, pero, generalmente es un miedo, porque no es algo que paralice su vida”, explica, y agrega que estos son términos que utilizamos erróneamente.
“La fobia se establece por un trauma psicológico que, normalmente, ocurren en la infancia”, dice Chinchilla. Esto sucede cuando los padres o maestros, en forma de castigo o amenaza, se refieren a determinadas situaciones u objetos cuando un niño se porta mal, como, por ejemplo, decir que “saldrán las arañas por la noche si no haces esto” o “te bañaré con agua fría si no haces caso”.
Es decir que los niños asocian estas amenazas con situaciones negativas o como formas de castigo, por lo que desarrollan traumas que, si se agravan o les afecta en su vida diaria, deberán ser tratados con profesionales. “La fobia se desarrolla a raíz de un impacto muy fuerte”, agrega Chinchilla.
Síntomas de la fobia
Aunque hay distintas fobias que son muy específicas por el motivo que provoca el trastorno de ansiedad, generalmente, causado por experiencias traumáticas, los síntomas son los mismos, según Elgueta.
Si ante determinadas situaciones, usted presenta estos síntomas, es probable que tenga fobia, pero esta debe tratarse con profesionales en psicología:
- Ataque de ansiedad
- Taquicardia
- Sudoración
- Temblores
- Falta de aire
- Hiperventilación
- Fuerte deseo de huir
Tratamiento
De acuerdo con Chinchilla, al tratarse de un miedo intenso e irracional, provocado por un trauma, y que presenta distintos síntomas, es importante acudir con profesionales en psicología. Para superarlo, primero se deberá identificar las causas y revivir los sentimientos primarios, es decir, la situación que provocó que se desarrollara la fobia, explica.
Ante estos casos, dice Elgueta, se trabaja una terapia cognitivo-conductual. En esta, los pacientes “aprenden a conocer sus miedos, cuáles son los síntomas, entender que se trata de algo irracional e identificar cuándo empieza al ataque de ansiedad para poder controlarlo”, añade.
Estas son las fobias más extrañas que provocan ansiedad a partir de un temor intenso e irracional
Agorafobia
Esta fobia es sobre el temor irracional a los espacios abiertos, “es una fobia social, es el miedo a aglomeraciones de gente”, dice Elgueta. Esta va acompañada de una situación traumática como raíz, al no tener control de la situación, por lo que el origen depende de cada persona.
Las personas agorafóbicas no suelen salir de sus casas porque es un lugar controlado. Esto afecta significativamente su vida social, porque no soportan estar en lugares públicos, utilizar el transporte público o practicar algún deporte.
Claustrofobia
Contrario al anterior, se trata de una fobia a estar en lugares pequeños y encerrados, así como aquellos que no están bien iluminados. Este tipo de ansiedad afecta su vida diaria, pues las personas no pueden estar mucho tiempo en elevadores, pequeñas oficinas sin ventilación, vehículos pequeños y con más personas.
Las personas claustrofóbicas sienten un gran temor al pensar que no podrán salir, las invaden pensamientos irracionales como consecuencias catastróficas y el no poder moverse. Las salas de cine, los aviones y los autobuses, son otros lugares en los que fácilmente pueden sufrir de ataques de ansiedad.
Somnifobia
Este trastorno, también conocido como hipnofobia, es el miedo a quedarse dormido. En este caso, “los pacientes evitan dormir porque lo consideran un riesgo al no tener control de lo que pueda suceder mientras duermen”, explica Elgueta.
Las personas que sufren de esta fobia, al igual que otros pacientes, presentan distintas causas o motivos por los cuales se sienten de esta manera. Algunos creen que no podrán despertar, otros se sienten amenazados y otros no desean dormir porque, recurrentemente, tienen pesadillas. “No dormir es contraproducente para la salud de los pacientes”, añade Elgueta.
Aracnofobia
Esta consiste en el miedo extremo hacia las arañas, aun cuando estas son muy pequeñas, os pacientes sienten que pueden ser atacados e imaginan situaciones irracionales. “El miedo que provoca es como si se tratara de un león”, dice Elgueta.
Esta podría desarrollarse a partir de experiencias traumáticas, como haber sido picado por este insecto o como objeto de amenaza. La persona que sufre de esta fobia se paraliza, presenta sudoración y entra en una crisis de ansiedad, entre otros síntomas.
Tripofobia
También conocida como la fobia al patrón repetitivo, es el miedo o repulsión generado al mirar o al estar cerca de figuras geométricas muy juntas, especialmente orificios muy pequeños o rectángulos muy pequeños.
Un estudio en la Universidad de Essex, por los investigadores Geoff Cole y Arnold Wilkins, reveló que, al presenciar patrones repetitivos de figuras geométricas, los pacientes presentan un aumento en la actividad cardíaca, tiemblan y, en otros es tal la repulsión que tienen deseo de vomitar.