El especialista en Medicina Interna de la Universidad del Rosario de Bogotá John Duperly fue vehemente en la defensa de la actividad física como elemento para combatir enfermedades cardiovasculares crónicas y diabetes.
El experto precisó que la práctica de ejercicio de moderado a vigoroso activa 800 genes al mismo tiempo y amonestó a los médicos por trasladar la responsabilidad de la prescripción de actividad física a otros profesionales que carecen de formación suficiente sobre fisiología humana.
Duperly mencionó cinco cambios en el estilo de vida que reducirían en un 90 por ciento el riesgo de diabetes mellitus tipo 2: no fumar, consumo moderado de alcohol, cinco piezas de fruta y verdura al día, peso normal y 150 minutos de ejercicio a la semana.
En su opinión, a pesar de que la esperanza de vida esté aumentando, la calidad de vida de los últimos años de un enfermo crónico o con transtornos metabólicos suelen ser precaria.
El científico Eric Ravussin, de la Universidad de Lousiana (EE.UU.) , explicó que en los últimos 50 años la evolución hacia trabajos más sedentarios ha desembocado en una reducción de 140 kilocalorías de gasto energético en hombres y 120 menos en mujeres.
Ravussin relacionó la obesidad con el entorno, determinados factores mediambientales y hábitos.
Además se abordaron aspectos como la influencia que podría tener sobre el organismo humano el uso de hormonas o los tratamientos contra enfermedades de las reses en la ganadería y la posibilidad de que afecten al funcionamiento de la glándula tiroides o a la resistencia a los antibióticos, entre otros factores.
El profesor de la Universidad Marista de Mérida (México) Hugo Laviada analizó el impacto de las dietas basadas en diferentes componentes nutricionales y comentó que el régimen hiperproteico presenta un “discreto” aumento del gasto energético y efecto de saciedad, aunque matizó que esos resultados se obtienen a partir de estudios a corto plazo.
Además, recomendó el diseño de programas personalizados para cada paciente y expresó la preferencia por la dieta equilibrada.
Por su parte, Mauro Valencia, de la Universidad de Sonora (México) , habló hoy sobre métodos, procesos y equipamientos para la medición del gasto energético en una exposición de carácter técnico en la que reconoció la complejidad de llevar a cabo esos cálculos.
El simposio se cerró con una mesa redonda, preguntas de los asistentes y la presentación de los resultados de una encuesta entre los participantes.
El endocrino mexicano Fernando Lavalle, que preside la Serie Científica Latinoamericana, iniciativa para la discusión sobre salud y ciencia que promueve el debate, puso el broche final al simposio.
Lavalle hizo un resumen de las principales ponencias, defendió que los participantes “se lleven a casa” sus propias conclusiones e hizo una invitación a la reflexión sobre los aspectos que consideren más relevantes.
El próximo simposio de la Serie Científica Latinoamericana tendrá lugar el año que viene en México y versará sobre los mecanismos para cambiar los hábitos de vida.