Andrea Cardona, guatemalteca y primera centroamericana en culminar el Everest comparte en su página que ella definitivamente no tenía el perfil de una escaladora extrema dando un ejemplo de cómo esta actividad puede ir evolucionando en la vida personal.
“Fui escalando una montaña pequeña tras otra, aumentando poco a poco mi resistencia y confianza…”, dice, mientras que habla de la técnica llamada “un paso más” y con ello explica que esta actividad lleva a reflejarse en otros aspectos de la vida y a da herramientas para inspirar a las personas “porque no importa que la meta sea correr una maratón, duplicar las ventas, aprender un idioma u otras porque todas las metas tienen algo en común, si avanzas un poco todos los días, lo vas a lograr”, reflexiona.
Edgar Rivera, guía general de montaña y director de Kashem explica que el montañismo es una actividad sana y la finalidad es que las personas al experimentarlo lo conviertan en un estilo de vida lleno de aventuras, convivencias y amistades, pero es importante hacerlo de manera correcta.
Elegir el destino
Cada volcán tiene una exigencia física, en algunos como el Pacaya podrían participar niños desde los 6 o 7 años y la familia; mientras otros requieren de más exigencias que podría tener de 7 a 18 horas de recorrido y una preparación física distinta.
Es importante prepararse físicamente con un ejercicio constante. Lo adecuado es salir a caminar, correr, un poco de ejercicios de fuerza, entre otros movimientos que preparen al cuerpo. El ideal es que se haga ejercicio mínimo tres veces por semana.
La hidratación también es importante comenzarla desde días antes del recorrido para que no se tenga el riesgo de sufrir deshidratación, explica Rivera.
Si se prepara para hacer un viaje, es ideal hacer un listado de los elementos que llevará y también ver qué uso o no durante la actividad. Esto permitirá reconocer cómo mejorar su equipo y/o quitar ciertas cosas que no fueron necesarias.
1 Ropa adecuada
La ropa de fibra sintética es ideal porque se seca con facilidad, mientras que el algodón cuando se moja por la lluvia o el sudor requieren de mucho tiempo de secado.
Se recomienda ropa fresca como licras, pleyeras y camisetas. De preferencia la manga larga para protegerse del sol.
Los pantalones de lona o corduroy no deberían de utilizarse. Estos materiales se vuelven pesados al mojarse. Un básico son los rompevientos, es decir una chaqueta de tela fina diseñada para resistir la sensación térmica y la lluvia ligera. Esto no permite que el calor nos abandone y nos invada el frío de afuera.
Los pantalones a los que se les quita la manga también son útiles para utilizarlos en los distintos puntos que se visiten, agrega Roberto Villatoro, guía general de montaña.
2. El calzado
Los tenis son para hacer ejercicio, pero no tan funcionales en la montaña. El ideal es llevar un calzado que no tenga la suela lisa.
Las botas son para los recorridos cuando se lleva peso. Al ser altas ayudan a los tobillos en la irregularidad del terreno. No usar las que tienen punta de acero porque lastimarán los pies.
Es bueno usar dos pares de calcetines para evitar rozaduras o ampollas.
3. Accesorios importantes
La protección para las manos y cabeza es importante. En estos dos puntos se pierde buena parte del calor. Un buen gorro y las telas de lana merino y guantes ayudarán al recorrido.
Un tubular de microfibras y sin costuras (Buff) es un elemento que se puede utilizar de múltiples formas, llevando la creatividad de cada quien en conjunto con la necesidad. Se puede poner en la cabeza, en el cuello. Además cuenta con cualidades térmicas, de protección solar, evacuación de humedad, entre otros usos.
Los lentes de sol deportivos son recomendados para proteger la vista. Si alguien no está acostumbrado es mejor no utilizarlos.
Si se tienen actividades específicas se requiere de llevar el equipo necesario.
4. Para pecnoctar
En lugares con clima cálido una bolsa de dormir sencilla será suficiente, pero en volcanes de más de 3 mil metros de altitud se necesitan capas de abrigo más eficiente.
Para dormir es importante cambiarse la ropa con la que se subió para evitar acostarse con sudor o estar con prendas húmedas. Para dormir se puede poner una playera o pantalón que sea una capa térmica primaria y el rompevientos o una capa más de calor. “Los suéteres de algodón no resuelven el frío y solo generan peso”, agregan los especialistas.
Existen implementos de cocina para preparar algo caliente en la montaña. Esto permite tomar una comida caliente. Quienes desean pueden llevar opciones frías como panes u otros.
La comida puede llevarse en platos herméticos para que esté más protegida.
5. La tienda de acampar
La carpa debe ser de montañismo. La ideal es una llamada tres estaciones cuya característica es que es de tela y tiene un cobertor que la cubre por completo. Estas tienen paneles de malla que ayudan a aumentar la ventilación y mantener el interior fresco.
Los modelos de cuatro estaciones son aún más resistentes al frío o nieve, regularmente en climas que Guatemala no tiene. Lugares especializados describen que la mayoría de los modelos de tres estaciones poseen un diseño simple, tipo iglú, que consiste en dos varillas cruzados.
En actividades en lugares que no son muy altos es posible llevar una carpa más sencilla. En las carpas se utilizan telas sintéticas para que no sean pesadas.
6. Para emergencias
Una linterna es fundamental en cualquier recorrido. Si el recorrido es de más de un día asegúrese que tiene baterías de repuesto.
Una manta térmica es otro accesorio de seguridad que debería ir siempre. También lleve su propio botiquín y los medicamentos que necesite.
El uso de bastones para caminar podrían ser útiles a cualquier edad porque ayuda a mantener el equilibrio. Un silbato es buena idea y un recurso cuando las personas se pierden.
Lleve el celular con suficiente carga, saldo y una batería extra. “Esto puede ser la diferencia en una emergencia y recibir ayuda…es una herramienta que agradecer a la época moderna”, dicen los expertos.
Agregue un encendedor y una navaja que también serán importantes en ciertos momentos.
7. La mochila de montaña
Este accesorio tiene un cinturón que ayuda a que el peso se distribuya mejor y se cargue con las piernas. El material es de secado rápido.
Debería tener entre 15 y 40 litros de capacidad. Aquí se debe incluir alimentación, hidratación y abrigo. Se debe incluir un aislante para ayudar a que no pase el frío del suelo y el saco de dormir.
El saco de dormir para quienes suben a lugares fríos podría ser uno que resista temperaturas de -4 grados centígrados, o bien de cero grados.
Agregue sus artículos de limpieza personal como cepillos, jabón y otros elementos.
El orden de la mochila es otro aspecto relevante. En la parte de abajo va la bolsa de dormir, luego en el medio el equipo de cocina, calentador y otros accesorios, mientras lo más pesado en en el medio como carga de combustible, comestibles, calzado extra. A esta altura también se sugiere llevar las chaquetas impermeables, ropa y set de higiene. Deje en la parte de arriba lo más liviano como la linterna de cabeza, pilas, protectores solares, cámaras y botiquín. En resumen lo más pesado de la mitad de la mochila para arriba pegado al cuerpo.
Lo anterior ayuda a disminuir las lesiones o problemas de espalda.
Recuerde que todo lo que lleve dentro de la mochila debe ir en bolsas plásticas o impermeables, en especial la ropa y sacos de dormir.
En el tema de hidratación se debe combinar agua e hidratantes que contengan electrolitos por el esfuerzo que se tendrá. Se recomienda llevar tres litros de hidratación y depende del nivel de esfuerzo físico que se haga.
La deshidratación se muestra con síntomas como dolor de cabeza y náuseas. “Los calambres son producto del sobresfuerzo, pero en especial de la deshidratación”, dicen los conocedores.
