Salud y Familia

Encuentros inexplicables que enchinan la piel

La ciencia no ha podido  —o no ha querido— explicar contactos paranormales —o imaginarios— que ocurren más frecuente de lo que se cree, y en Guatemala la frontera que separa estos sucesos de las leyendas es muy delgada.

Conocidas son las apariciones en todo el país de La Llorona, La Siguanaba, El Cadejo o el Sombrerón a nuestros bisabuelos o abuelos y que, en la actualidad, pese a los avances de la tecnología que juegan con la realidad virtual, no han mermado.

No solo en casas antiguas pueden escucharse, verse o sentirse ánimas en pena que no han encontrado el camino hacia su destino final.

Hoy, víspera del Día de Todos los Santos, con base en una convocatoria, se incluyen en  este espacio historias surrealistas enviadas por nuestros lectores que dejan más preguntas que respuestas.

El secreto del puente

“Por las noches cuando la carretera en el km 140, Molino del Tesoro, Chichicastenango —Quiché— se vuelve menos transitada, se ven unas luces  como si fueran las de un carro, pero al llegar al puente este nunca aparece. También se ven niños, mujeres u hombres que piden ‘jalón’ pero al  llegar a la última curva estos desaparecen”.

Beatriz de León Girón, 23 años

Niño de blanco

“En la Escuela Normal Rural No. 1 Pedro Molina aparece un niño  de unos 80 cm de altura, vestido de blanco; su dulce voz atrae a  niños y niñas. Una tarde, cuando jugábamos al escondite, mis amiguitos  y yo nos percatamos de que este menor era parte del grupo; nos asustamos. Constantemente se me aparecía y me llamaba por mi nombre”.

Dámaris Eunice Ortiz, 17

La gritona

“Cuando era pequeño, salimos en la  noche con mis papás debido a que uno de mis hermanos enfermó. Boca del Monte siempre ha sido un lugar de espantos. Cerca de Santa Fe  vimos a una mujer joven. Vestía  camisón blanco  y su cabello era liso y negro. Al pasar junto a ella, su rostro se tornó horrible y dio un grito que nunca podré olvidar”.

José Ramón Jolón, 43

Cadejo en el barranco

“En mi pueblo, San Juan Comalapa —Chimaltenango—, se escuchaba en tiempos ancestrales sobre un animal legendario que se aparece por las noches en un barranco llamado Chi Son, el cual se le aparecía a los borrachos que deambulaban por las calles. Muchos dicen que los acompaña y otros, que los lleva al mencionado barranco”. 

Hector Rocael Quiná Sotz, 31

Novia desconsolada

“Cuentan que en uno de los  bosques de la Escuela Normal Rural No. 1 Pedro Molina,  a altas horas de la noche aparece una mujer vestida de novia y camina hasta llegar a los escombros de lo que fuera una  iglesia católica. A su paso deja notar su llanto. Se cree que en el día de su boda, la iglesia se derrumbó y ella falleció”.

Angelina Oxlaj Cúmes, 49 

Empleada de fábrica

“En una casa antigua del  Barrio Transfiguración, Quetzaltenango, existió desde 1890 una fábrica de escobas. En las noches de Luna llena, se escucha que una mujer camina por los corredores, lava ropa y  canta en una pila. Los dueños de la casa cuentan que muchas trabajadoras ya murieron y que, sin duda, es el alma de alguna de ellas”.

Zurama Graciela Alonzo Escobar, 35

Ánima angustiada

“Cuando vivía en Petén me gustaba observar en el jardín cómo los girasoles cambiaban de color  con el sol. Una tarde, de repente, todo quedó en silencio. Vi a una mujer con vestido de novia que flotaba en el jardín. Su mirada y la mía se cruzaron. Desapareció el ánima de la  mujer que flotaba sin rumbo. Se elevó con la angustia de que buscaba algo”.

Elder Exvedi Morales, 39

¿De dónde salió ese niño?

“Una día, temprano, mi hijo entró en mi cuarto. Pasó hacia el baño, pero lo extraño es que detrás de él iba un niño  como de 3 años, quien vestía saco y corbata  roja. Al verlo me sorprendí, me incorporé y le grité ¡ey!, traté de detenerlo, pero pasó velozmente, se metió al baño y desapareció. Luego mi hijo salió y ni siquiera se dio cuenta”.

Juan José Narciso Chúa, 59

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.