Salud y Familia

A esquizofrénicos les cuesta interpretar intenciones ajenas

Las personas afectadas de esquizofrenia tienen problemas a la hora de interpretar las intenciones ajenas porque utilizan de manera inadecuada su propia experiencia pasada, revela un estudio del Centro Nacional francés de Investigación Científica  (CNRS).

Según ese centro, reconocer las intenciones del resto de la gente, una habilidad fundamental para vivir en comunidad, es una capacidad que proviene primero de la información visual y luego del conocimiento y experiencia almacenados en el cerebro.

La investigación partió de la hipótesis de que esas dos señales son mal usadas por los esquizofrénicos, razón por la que tienen problemas a la hora de descifrar esos propósitos.

La hipótesis se confirmó en pacientes que mostraban diferentes síntomas: negativos  (pérdida de interés) , positivos  (alucinaciones) o de desorganización.

Tras enseñarles primero vídeos en los que actores manipulaban distintos objetos con intenciones diversas, y luego otros en los que algunas secuencias se habían suprimido, comprobaron que en todos los casos había “un desequilibrio entre la información visual y la información a priori, que conducía a errores de interpretación” .

Los pacientes con síntomas negativos, según esa evaluación, no sacaban provecho de la experiencia pasada, “como si no tuvieran ninguna expectativa sobre las intenciones del otro” .

Y aquellos con síntomas positivos o de desorganización se servían de la experiencia para confirmar sus propias creencias o vivencias anteriores, independientemente de las señales que recibían o veían sobre lo que está pasando.

Estos resultados, que aparecen en la versión digital de la revista “Brain”, podrían servir de base para nuevas estrategias de terapia cognitiva “que permitan a los pacientes mejorar su aptitud para utilizar su experiencia y disminuir las dificultades para interpretar los actos ajenos”, algo sobre lo que no actúan los medicamentos.

Asimismo, ese paradigma, a juicio del estudio, podría ser válido también para el autismo, una enfermedad que se considera que tiene “fuertes similitudes con los síntomas negativos de la esquizofrenia”.