Una investigación publicada esta semana en la revista Circulation da cuenta de hasta qué punto son ‘clarividentes’ estas señales. Según sus datos, los individuos que experimentan subidas pronunciadas en sus niveles de tensión en la mediana edad tienen muchas más posibilidades de sufrir un problema de corazón en el futuro que el resto de sus congéneres, según el sitio elmundo.es
“Nuestro trabajo demuestra que deben aumentarse los esfuerzos para mantener en un nivel adecuado la tensión arterial y evitar, o al menos retrasar al máximo, la incidencia de la hipertensión para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular”, comentan en la revista médica los autores de este trabajo, de la Universidad Northwestern de Chicago (EE.UU.).
Este equipo repasó el historial de más de 61 mil 500 individuos que habían participado previamente en distintas investigaciones epidemiológicas. Entre otros factores, tuvieron en cuenta los cambios de presión que estos estudios habían reflejado durante una media de 14 años y analizaron si había alguna relación entre estas cifras y sus posibilidades de sufrir un infarto o un ictus en los años posteriores.
Sus datos demostraron que aquellos participantes que habían registrado subidas elevadas de tensión o habían desarrollado hipertensión en la mediana edad tenían un riesgo mucho mayor que quienes se habían mantenido o habían conseguido hacer descender estas cifras.
De hecho, “casi el 70 por ciento de los varones que presentaba hipertensión en la mediana edad sufrió un problema cardiovascular superados los 80 años”, subrayan los investigadores, quienes también hacen hincapié en que posiblemente exista una relación estrecha entre el tiempo que una persona vive con hipertensión y sus posibilidades de que sus arterias enfermen.
“Por tanto, evitando la hipertensión antes de la mediana edad y retrasando su aparición puede obtenerse un impacto significativo sobre las posibilidades individuales de convertirse en cardiópata”, concluyen.