Salud y Familia

La ansiedad nos atrapa  

No podemos matarla, pero ella sí puede matarnos!  Rompa con su propia mentira.

Pensar en lo negativo nos arrastra al pasado y nos lleva a sufrir de ansiedad. (Foto Prensa Libre: Pixabay)

La ansiedad es una respuesta automática que se desencadena en nuestro cerebro más primitivo cuando interpreta la presencia de un peligro, y como todos los animales, tratamos de evitarlo o huir. Aquí es donde comienza la ansiedad, en el impulso de huida y evitación. El primer paso consiste en ser consciente de si la amenaza es real o simplemente percibida. Si es real, la ansiedad puede facilitar la búsqueda de soluciones. 

Sin embargo, cuando son nuestros pensamientos e imaginación los que crean el peligro, por ejemplo: el miedo a perder el empleo, enfermarse, sufrir un accidente, desastres naturales o ser abandonado por la pareja, nos encontramos en un estado de amenaza autocreada. En el 95% de los casos, estas situaciones nunca llegan a suceder. 

En este estado autocreado, comenzamos a vivir una vida en modo de supervivencia, sintiéndonos bloqueados e indefensos, con altos niveles de estrés y experimentando una serie de síntomas como: elevación de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores, sensación de ahogo, malestar torácico, molestias abdominales, falta de concentración, aturdimiento, tensión muscular, irritabilidad, insomnio y/o fatiga, lo que puede desencadenar ataques de pánico. 

Es importante tener en cuenta que existen otros síntomas más graves, como el deseo de autolesionarse o hacer daño a los demás, así como desequilibrios mentales, que pueden requerir tratamiento médico y van más allá de la ansiedad discutida en este artículo, que se centra en un estado autocreado. 

Hay dos enfoques principales para abordar este problema: buscar ayuda médica, psicológica o psiquiátrica para tratar los síntomas y obtener medicación para aliviarlos, o explorar otras opciones para abordar la situación desde su raíz. 

La primera medicina que debemos aplicarnos es comprender el proceso interno que experimentamos como seres humanos y cómo interpretamos los eventos que ocurren en nuestra vida diaria. Hay una medicina llamada pensamiento: si comenzamos el día con pensamientos negativos, como enfocarnos en lo malo que pudiera suceder, influenciados por el entorno y las noticias, estamos tomando la medicina equivocada. 

Pensar en lo negativo nos arrastra al pasado, donde eventos pasados se convierten en presentes en nuestra mente, desencadenando ansiedad basada en suposiciones. Este ciclo peligroso cuerpo-mente nos atrapa en una autoimposición fatal, creyendo erróneamente que un fármaco resolverá nuestros problemas. 

Cuando nos acostumbramos a ser supervivientes, siempre estaremos esperando que ocurra lo menos peor, y nos encontraremos siempre atrapados en ser seres ansiosos. Pero si tomamos consciencia y asumimos la responsabilidad de nuestro bienestar, podemos superar la ansiedad y vivir una vida más plena y consciente, dejando que la ansiedad solo actúe en los casos reales. 

"La responsabilidad primordial de cada individuo es cuidarse a sí mismo"

ESCRITO POR: