Salud y Familia

¿Las diferencias pueden fortalecer una relación amorosa?

Aunque parezca paradójico, llega un momento de la vida en que nos sentimos atraídos a las personas que no se parecen a nosotros. Para que una relación así funcione, deben existir los pilares del respeto y la comunicación.

En varias ocasiones, cuando se busca a “la pareja ideal” algunas personas se sienten atraídas por quienes tienen gustos totalmente diferentes. Al inicio, esas diferencias pueden ser un imán y hacer que aumente la atracción, ya que lo desconocido siempre capta la atención. Sin embargo, vale la pena cuestionar si realmente una relación de polos opuestos tiene el éxito asegurado.

De acuerdo con la psicóloga Evelyn Morataya, las diferencias entre dos personas pueden generar atracción, lo cual brinda varias oportunidades de descubrimientos, de actividades novedosas o intereses nuevos. Sin embargo, una de las claves para que la relación funcione es que la pareja debe trabajar para que éstas no sean motivo de discordia más adelante.

Aunque existe el mito de que este tipo de relaciones se basan en la complementación mutua o que una persona trata de llenar sus vacíos emocionales con las diferencias del otro, los expertos aseguran que es una forma errónea de entender esa convivencia entre polos opuestos.

“Más que complementación mutua, al considerar al otro parte de su propio ajuste emocional sería una característica dependiente. Para evitar esto, se debe considerar que cada miembro de la relación es un individuo y decide compartir con el otro”, explica el psicólogo Marckus Rivera.

Morataya indica que la raíz de la atracción que surge entre dos personas con gustos diferentes yace en el anhelo de tener para sí mismo características que se admiren en la otra persona. “Por ejemplo, alguien a quien se le dificulte hacer amigos puede sentirse atraído por alguien muy popular y con grandes habilidades sociales”, comenta.

Características

No existe una fórmula que asegure el triunfo de una relación de pareja, ya que son múltiples los factores que pueden incidir en el éxito o fracaso de la misma. Sin embargo, cuando el tener diferencias es la característica de la relación, lo importante es que debe existir una conexión entre los valores personales, compromiso y madurez. Además, de una excelente comunicación y profundo respeto al otro.

Juan Carlos Guerrero, de 41 años, se considera una persona amante de la carne. Sin embargo, desde hace más de 10 años se casó con Anaité Samayoa, quien desde su adolescencia ha sido vegetariana. Para la pareja, el principal reto de su convivencia fue aprender a respetar las diferencias del otro y acompañarlo en esas actividades a pesar de que no fueran totalmente de su agrado. Para ambos, el desafío fue reconocer que el amor podía más que las diferencias por lo que los dos comenzaron a ceder tiempo para compartir.

“Cuando éramos novios con Anaité el problema era el lugar para ir a comer, porque yo para quedar bien con ella la llevaba a restaurantes vegetarianos y ella, por quedar bien conmigo, me llevaba a otros lugares. Al final no nos poníamos de acuerdo y terminábamos en casa comiendo pizza o algo parecido. Hasta que decidimos que un día iríamos a un lugar vegetariano y al otro iríamos a un restaurante en donde sirvieran carne. La verdad es que los dos, en ambos lugares, podíamos comer bien”, comenta Guerrero.

De acuerdo con Samayoa, lo principal que hace que una persona acceda a los gustos del otro es aceptarlo y quererlo más allá de sus diferencias. Al final, en una relación, usted aprende a convivir con esas características que no tienen en común y aprender a integrarlas a su vida.

Ambos enfatizan en que no es necesario cambiar los gustos del otro para que la relación funcione, sino que lo que debe cambiar es la madurez de cada uno para estar dispuesto a hacer algunos cambios en su vida y cedes tiempo a nuevas experiencias.

“En una relación como esta debes tener clara la autonomía de la otra persona. Tener conciencia de que tú ya la conociste con esos gustos o forma de ser diferente y que, a pesar de eso, aceptaste estar en la relación”, indica Samayoa.

A pesar de que se dice que lo más difícil ocurre al principio de la relación, Samayoa explica que no es cierto. Al inicio, todo es “bonito y color de rosa” porque el objetivo es agradar a su pareja en todo momento, pero cuando llega la monotonía y termina la etapa de “encantamiento” la convivencia se vuelve tensa porque ya no se está dispuesto a ceder. Es en ese momento que se debe de crear una buena comunicación entre ambos.

Para el psicólogo Rivera, una relación saludable debe considerar los principios de respeto y libertad por el otro, mantener una autorregulación emocional, delimitar gustos similares y apertura ante el acompañamiento. Además, se debe basar en principios de equidad y realización personal y como pareja.

Desafíos

Entre los principales desafíos que enfrentan los polos opuestos es la comprensión y aceptación incondicional por la pareja, aceptando las diferencias y su modo de actuar. “Como pareja, los desafíos son diarios, por lo que se recomienda mantener un canal asertivo de comunicación, así como mantener estrategias para afrontar distintas dificultades que puedan darse”, explica Rivera.

Algunas de las dificultades que se presentan son, por ejemplo, que a veces es difícil compartir los intereses con la pareja, ya que esta puede no estar completamente interesada en sus actividades. Por lo tanto, llega un punto en el que se debe decidir entre compartir y disfrutar de esa actividad que no le resulta muy agradable o disfrutar esos gustos por separado.

“En el mejor de los casos, la pareja buscará apoyar o al menos no interferir, lo cual requiere un alto grado de madurez e independencia; pero si la pareja reclama mucho tiempo o atención, pronto se experimentará resentimiento entre ellos.”, dice Morataya.

Ventajas

Guerrero y Samayoa coinciden en que su relación les ha permitido tener experiencias nuevas que, de no haber sido por el otro no hubieran pensado en hacerlas. “Yo, obviamente, sí sabía de la comida vegetariana, pero no pensé en que llegaría a comer dos veces a la semana un plato sin carne”, confiesa Guerrero.

Samayoa, por su parte, admite que antes no le gustaba cocinar carne o pollo por su peculiar olor. Sin embargo, desde su casamiento ambos aprendieron a preparar platillos que fueran del agrado del otro.

“Los dos trabajamos, entonces ambos teníamos que aprender a cocinar platillos para los dos. No iba a ser justo que él solo comiera ensaladas, por ejemplo, o yo solo tuviera que comer pastas porque es lo más fácil para preparar. Con un recetario, aprendimos a cocinar para los dos”, explica Samayoa.

Según los esposos, una de las ventajas que resaltan de su relación es el aprendizaje a la adaptación, la resolución de conflictos en pareja, el apreciar la compañía y compresión del otro. Estos aspectos además de ser fundamentales en su hogar les han ayudado en ámbitos laborales y familiares.

Para Rivera, las diferencias en las parejas pueden ser una ventaja media vez exista una auténtica aceptación a la forma de ser del otro. Además, es una relación que difícilmente llega a la monotonía porque las nuevas experiencias como pareja les permite conocer más al otro.

Si bien la edad no es un condicionante, según los expertos, hay mayor probabilidad que los adolescentes sean quienes acepten el reto de los polos opuestos. Los jóvenes, por medio de las relaciones interpersonales, aún intentan definir quiénes son y su personalidad, por lo que las nuevas experiencias serán un buen instrumento para descubrirse a sí mismos y practicar el respeto.

Morataya considera que la mentalidad de los adultos suele ser más rígida, lo cual hace que se sientan más seguros en entornos familiares y en ámbitos conocidos. Del mismo modo, tienen mejor definido qué buscan en una pareja y con frecuencia escogen a alguien personalidad más compatible.

Tanto los expertos como Guerrero y Samayoa coinciden en que la clave para que una relación de polos opuestos tenga éxito es proyectarse planes en común en donde ambos se sientan cómodos y tengan libertad de expresión.

ESCRITO POR:

Andrea Jumique Castillo

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.

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