Los huesos necesitan ser exigidos de manera regular para mantenerse estables y romperse menos fácilmente, indica la Sociedad Alemana de Ortopedia y Cirugía Traumatológica (DGOU).
Y exigencia para los huesos significa movimiento.
Ya sea un entrenamiento de fútbol, salir a correr, practicar pilates o ciclismo: el ejercicio, especialmente si es intenso, estimula el metabolismo óseo.
“Esto se produce a partir de los músculos que tiran del hueso. Dan la señal de transportar y almacenar más calcio en el sistema esquelético“, explica el profesor Uwe Maus, de la DGOU.
De esta manera, los huesos ganan estabilidad y también se previene la osteoporosis.
Especialmente importante resulta el deporte en niños y jóvenes, ya que en ellos aún se está formando la masa muscular.
Asimismo, la alimentación no puede dejarse de lado. Es importante ingerir calcio de manera suficiente, por ejemplo a partir de alimentos como leche, queso duro, agua mineral o espinaca.
Y para que el cuerpo pueda procesarlo y aprovecharlo, necesita la vitamina D. Esta se genera con la ayuda de la luz solar, pero también se encuentra en los pescados grasos de mar como el arenque o el salmón.