Debido a que esta enfermedad es de origen hormonal y hasta el momento no se ha logrado establecer con exactitud la alteración genética que la desencadena, no puede prevenirse, pero es posible controlarla.
“Cuando se descubra cuál es la sustancia intercelular de los tejidos que la producen, se podrá prevenir la multiplicación celular”, asevera Arriaga. Por ello, solo se puede detener o bloquear el aumento de esta glándula, el cual genera la obstrucción de la uretra y los consecuentes problemas de micción.
ALGO MÁS GRAVE
Además de procurar una buena calidad de vida, el diagnóstico y tratamiento tempranos de la hiperplasia prostática determinan si se ha desarrollado cáncer de próstata —la primera causa de muerte en hombres mayores de 50 años en Guatemala—, el cual es asintomático.
De ahí la importancia de hacerse un chequeo regular con el especialista. Méndez recomienda someterse a la mayor cantidad de pruebas posibles para obtener un diagnóstico más exacto.
Pese a los avances tecnológicos médicos, entre más grande sea la próstata, hay mayor probabilidad de complicaciones, por lo que es esencial acudir con el urólogo ante los primeros síntomas y estar informado sobre las múltiples opciones de tratamiento.