Salud y Familia

¿Personas tercas o perseverantes? Cómo diferenciarlas y abordar sus actitudes rígidas

Las actitudes inamovibles que no están dispuestas a dialogar más allá de un punto de vista pueden erosionar y afectar las dinámicas de relación.

Personas tercas cómo identificarlas

La terquedad implica una renuencia a cambiar ideas o conductas, a pesar de las pruebas que puedan existir en contra de ellas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

“Terco(a) como buey”: Quizá son innumerables las ocasiones en que hemos querido aplicar esta frase a personas que, desde sus rígidas formas de pensar y actuar, no se permiten la flexibilidad. Incluso en muchas ocasiones pueden ser infelices debido a pequeños errores.  

Todas las personas hemos conocido alguien que encaja en ese molde y no podemos negar que la dinámica respecto a su perfil puede llegar a ser compleja e incluso desgastante.

La dureza en las persona tercas provoca que ni siquiera ellas mismas reconozcan su forma de actuar, por lo que, debido a esto pueden verse afectadas individualmente, así como las personas que las rodean.

A decir de la psicóloga clínica Helen Muñoz, una persona terca es alguien con fuerte “renuencia a cambiar sus ideas o conductas, y quien se aferra a estas, a pesar de la evidencia que pueda existir en su contra”.

La rigidez que supone una mente muy estructurada, e incluso la tendencia a ver lo negativo, definen también la terquedad, dice Muñoz.

Dentro de este perfil puede ubicarse una gran carga egocéntrica: “Son personas que no son capaces de concebir otra idea que no sea la suya. Se trata de solo lo que ellas piensan y no es fácil que cambien de opinión”, dice la también psicóloga Adalyd Belloso.

La especialista explica que las personas tercas suelen tener pensamientos dicotómicos. Esto quiere decir que piensan solamente en extremos donde todo es o muy malo o muy bueno.

Por otro lado, los tercos también se entienden como enemigos de la improvisación. “Para ellos, todo debe estar planificado y debe ocurrir al pie de la letra. Además, les gusta ser vistos como seres autónomos que no necesitan de alguien más”, explica la psicóloga Adalyd.

Personas tercas cómo identificarlas
Las personas tercas guardan una carga egocéntrica, ya que no son capaces de concebir otra idea que no sea la suya. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Belloso agrega que las personas tercas pueden caracterizarse también por contar con altos grados de seguridad y tenacidad, siendo estas virtudes capaces de potenciar solo cuando se enfocan de manera constructiva.

“Si tomamos la terquedad desde una perspectiva positiva, estaríamos hablando de perseverancia. Allí hay un enfoque que no busca la frustración, sino es la insistencia hasta alcanzar una meta. Además, tiene cabida la flexibilidad mental”, dice Helen Muñoz.

Ante la duda que pueda surgir sobre por qué las personas son tercas, Helen señala posibles raíces en características de la personalidad, factores del ambiente cotidiano, e incluso, debido a una influencia sociocultural.

Adalyd Belloso señala que uno de los posibles orígenes de la terquedad se encuentra en la familia y la educación. “Es razonable que estas personas se comporten así luego de haber crecido en un ambiente donde nada era cuestionable y donde había miedo por no poder controlar las situaciones”, apunta.

La terquedad también puede responder a un insuperable miedo por parte de las personas de entrar a terrenos desconocidos, dice Helen Muñoz.

¿Pueden cambiar las personas tercas?

Los problemas de la terquedad se evidencian a medida que incrementan las tensiones relacionales. La frustración, la hostilidad e incluso la ira son algunas de las principales manifestaciones de una persona terca frente a los demás cuando no hay una buena conducción emocional.

“El conflicto mayor siempre puede generarse en las relaciones de estas personas y puede que la terquedad no les permitirá generar buenos vínculos”, comparte Adalyd Belloso.

¿Pueden cambiarse este tipo de escenarios? Según apuntan las especialistas entrevistadas, es posible, a medida que la persona terca se reconozca y se permita dialogar consigo misma.

Personas tercas cómo identificarlas
La frustración, la hostilidad e incluso la ira son algunas de las principales manifestaciones de una persona terca frente a los demás cuando no hay una buena conducción emocional.
(Foto Prensa Libre: Shutterstock)

“Es válido reflexionar sobre las propias creencias y verificar las evidencias que respaldan o refutan el pensamiento”. Esta podría ser, de acuerdo con Helen Muñoz, una primera recomendación para las personas que suelen caer en patrones de terquedad.

Por otro lado, Adalayd sugiere aplicar la siguiente pregunta: “¿Podría encontrar otra forma de ver la situación que está pasando?”.  Asimismo, sugiere a las personas con dudas sobre cómo abordar la terquedad acercarse a un proceso psicoterapéutico con algún especialista en salud mental.  

En una publicación del Harvard Business Review, la especialista en coaching Muriel Wilkins comenta que los efectos de la terquedad son inevitables para quienes la padecen.

Recomendaciones

“Mientras consiguen lo que quieren, el daño que han hecho en el camino anula cualquier bien que pudiera haber resultado”, apunta Wilkins quien además sugiere las siguientes cuatro recomendaciones para enfrentar las actitudes tercas e inamovibles:

  1. Intentar escuchar a las otras personas en lugar de cerrar las conversaciones: Es importante tratar de comprender las ideas ajenas, ya que estas pueden mostrar un sentido amplio sobre una situación. “El hecho de que se entienda a otras personas no quiere decir que se esté de acuerdo con ellas”, dice Wilkins.
  2. Estar abierto a las posibilidades: Según explica la especialista, al tomar en cuenta otras condiciones frente a una situación puede que haya nuevas revelaciones sobre una idea.
  3. Admitir cuando hay errores: “Clavar los talones cuando se sabe que hay una equivocación y  es imperdonable”, dice Muriel, quien sostiene que reconocer una falla es hacerse responsable y a la larga generará más credibilidad “que apegarse a un plan original”.
  4. Decidir con qué se puede vivir: Wilkins explica que, si bien mantenerse fiel a una apuesta es admirable, no todas las situaciones justifican esa convicción. “En lugar de presionar una idea, se debe reconocer cuándo está bien tomar una decisión con la que se pueda vivir, incluso si no es la primera opción”, dice la coach.

ESCRITO POR:

Alejandro Ortiz

Periodista de Prensa Libre especializado en temas sobre cultura y bienestar, con 5 años de experiencia.

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