A continuación, un rico estofado para el gato:
Combina 200 gramos de ternera para estofado, 1 taza de tomates (pueden ser de lata) 1 taza de agua, 1 cubo de consomé de pollo, ½ cebolla pequeña picada, perejil y una pizca de polvo de ajo en una cacerola, cubre y cocina a fuego lento. Muele el estofado en la licuadora, agregando una cucharada de germen de trigo o ½ rebanada de pan integral.
Un error común que se comente a la hora de alimentar a un gato con comida casera, es creer que el animal puede vivir únicamente de carne —sin huesos como fuente de calcio—.
Si bien la carne es el componente primario de la dieta de un gato, no contiene el calcio suficiente (sin el hueso, desde luego) para cubrir las necesidades básicas del animal en calcio y fósforo.
Siempre recuerda que el calcio no es un suplemento opcional, sino un componente indispensable de la dieta. En consecuencia, se le debe suministrar carne con hueso o agregar harina de hueso a la receta.
Otra manera de mejorar una dieta a base de carne es comprar alimentos congelados preparados para gatos. Muchas personas usan estos productos con excelentes resultados.
Desdichadamente, al igual que ocurre con los enlatados, estos alimentos son muy variados entre sí en lo relativo a la calidad y los ingredientes.
Muchos de estos productos contienen una cantidad de vegetales muy superior a la que podríamos encontrar en la dieta natural de un gato.
Además, los vegetales en estas dietas no están predigeridos como lo estarían al ser consumidos con la presa del gato.
Es éste un punto muy importante que muchas personas olvidan a la hora de alimentar con vegetales a animales carnívoros. Los gatos no tienen un requerimiento psicológico de vegetales y, de hecho, carecen de las enzimas necesarias para aprovechar este alimento en forma eficiente.
Si eliges comprar comida cruda preparada para tu gato, deberás tener algunas cosas en cuenta. En este sentido, observa específicamente el porcentaje de vegetales (y ocasionalmente frutas) que contiene el producto.
Busca uno que contenga 95 por ciento carne/huesos y sólo un cinco por ciento de vegetales/frutas. Ésta será una combinación razonable, aunque es posible que algunos gatos con EIF (Enfermedad Inflamatoria Intestinal) no soporten cantidad alguna de vegetales en su dieta.
Otros gatos, por su parte, estarán bien con un concentrado de 10 por ciento o más de vegetales, aunque los especialistas consideran esta cantidad excesiva para un animal carnívoro.
Muchos productos no hacen referencia a estos valores en los envases, de modo que será necesario llamar a la empresa fabricante o pedir en el comercio mayor información al respecto (literatura impresa con una lista porcentual de ingredientes).
Algunos alimentos comerciales están preparados sin vegetales. Es decir, son simplemente carne, huesos, y órganos.
Ten en cuenta, en este caso, que las dietas preparadas con grandes cantidades de cogote y carcasa (ingredientes comunes en los productos comerciales) no tienen un contenido óptimo y equilibrado de calcio y fósforo.
Hay muy poca carne en comparación a la cantidad de hueso en esta parte del animal. Esto podría hacer que la dieta sea alta en calcio y baja en fósforo, y ocasionar constipación y otras condiciones médicas.