El objetivo es que el no pierda la ilusión por aprender cómo se escriben palabras o frases. Según expertos, a partir de los 4 o 5 años, el niño puede estar preparado para dar sus primeros pasos en la escritura, sin prisas ni agobios. Es importante que la enseñanza tenga un tono entretenido y relajado para que el infante no se sienta abrumado.
Cuando el menor empiece a hablar, los padres pueden ayudarle a comprender que cada sonido equivale a una letra. El dibujo es clave en el desarrollo de esta actividad, mediante la cual practicará la capacidad para organizar su pensamiento.
Empezar con las vocales puede ser más fácil para su vocalización. Los progenitores pueden trazarlas con su hijo en un papel en blanco, una y otra vez, hasta que el niño las escriba por si mismo. Luego, pueden continuar con las consonantes.
Es aconsejable no aferrarse, por lo menos al principio, a errores como faltas de ortografías, de concordancias o de falta de organización. Los niños necesitan ánimo y confianza.
En las librerías se pueden encontrar cuadernos y cartillas de escrituras que pueden ayudar en la práctica de la escritura.
