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¿Miedo a las alturas? Conozca qué son y cómo superar las fobias

Se trata de miedos irracionales muy fuertes hacia objetos o situaciones que, aunque no representan un peligro real, causan ataques de ansiedad. Entre los más comunes se encuentra el miedo a las arañas, a las alturas y a la obscuridad. Acá le explicamos el tratamiento para superarlas.

Una de las fobias más comunes es la "acrofobia", miedo a las alturas. (Foto Prensa Libre: Dalton Touchberry en Unsplash).

Una de las fobias más comunes es la "acrofobia", miedo a las alturas. (Foto Prensa Libre: Dalton Touchberry en Unsplash).

A María Fernanda Aguirre, maestra de preprimaria, desde pequeña le gustaba ir a caminar a la vereda que hay en el Parque Erick Barrondo, para ver ardillas o jugar en la grama.  Sin embargo, esa relación amigable con la naturaleza terminó para su fiesta de cumpleaños número 6.

“Yo no me recuerdo, pero mi familia me explicó que la piñata de mi sexto cumpleaños fue en un área verde muy grande, yo estaba muy feliz corriendo con mis amigos. No sé exactamente a qué estábamos jugando, pero teníamos que encontrar algo, entonces yo levanté un grupo de hojas y vi muchas arañas negras. Lo que sí me recuerdo es la imagen de los insectos, entonces me asusté tanto, que solo me quedé parada y sentí como si se me hubieran subido al brazo. Era un hormigueo espantoso, grité y corrí hacia mis papás”, relata.

Aunque los insectos no le hicieron ningún daño, ya no pudo disfrutar de la fiesta porque le daba miedo encontrarse con más arañas. Ya no terminó el juego, sino que se fue al área de los adultos.

Después de más de 17 años de esa experiencia. Aguirre no puede ver ninguna clase de arañas. Solo con observarlas siente el hormigueo en el brazo y miedo de pensar que la pueden picar. El temor la hace padecer de niveles altos de ansiedad, comienza a sudar en frío y, algunas veces, siente mareos o dificultad para respirar.

“La primera vez que fue fui de excursión con mis niños fue al zoológico, en el recorrido vi una araña y me puse mal. Entonces decidí que iría con un psicólogo a tratar mi miedo, él determinó que le tengo fobia a estos insectos y lo hemos venido tratando. Ha sido difícil, pero he mejorado. Ahora no siempre me dan mareos o me cuesta respirar, depende del tamaño del animal”, comenta Aguirre.

Características generales

El miedo es una de las emociones más primitivas que existen, es una estrategia evolutiva de todo ser vivo, imprescindible para garantizar la supervivencia ya que es la manera del organismo de indicar que es momento de huir o de reaccionar rápidamente ante una situación. En los seres humanos este sentimiento se relaciona con la conciencia, por lo que además de los miedos innatos, existen otros que podemos ir moldeándolos a lo largo de la vida, según las experiencias vividas y cambios en la función cerebral.

De esta forma se comienza a tenerle miedo a objetos o situaciones que, aunque desde un punto de vista racional se vea que no existe peligro, para la persona representa una verdadera amenaza y el cuerpo reacciona con miedo y señales para huir.

Muchas personas le tienen miedo a los payasos debido a malas experiencias durante la niñez. (Foto Prensa Libre: Levi Saunders en Unsplash).

“Las fobias son los miedos irracionales fuertes hacia objetos o situaciones que no representan un verdadero peligro, pero para quien las sufre sí es una amenaza. Se puede definir también como un trastorno de ansiedad que se eleva cuando el cuerpo entra en contacto con el detonante, por ejemplo, arañas, sangre o al estar a una altura muy elevada, y se generan sensaciones negativas en la persona”, explica Andrea Herrera, psicóloga clínica.

Las fobias son irracionales, por lo que no hay que cuestionarle a alguien por qué tiene miedo. Nacen tanto de sus genes como de la influencia del entorno, así que las personas no pueden controlar su aparición. Simplemente el individuo se da cuenta que su miedo es irracional, pero no lo puede controlar.

El miedo a los espacios abiertos o cerrados, miedo a volar, a las alturas, a determinados animales, al agua o a la sangre son algunas de las fobias más comunes. Patologías mentales que provocan ansiedad, que son duraderas y que no solo producen reacciones psicológicas desagradables para el afectado, sino también se traducen en manifestaciones físicas.

Síntomas

El signo más evidente cuando se sufre una fobia es que se evita por todos los medios posibles tener contacto con el objeto, animal o situación que provoca miedo. Sin embargo, es importante aclarar que la fobia es un trastorno de ansiedad y no un miedo común, por ello presentan una sintomatología a nivel físico y psicológico.

En algunas ocasiones se desencadena una serie de síntomas que pueden incluso incapacitarlo en varios aspectos de su vida, como en el caso de fobias a espacios abiertos o a lugares llenos de gente. Es decir, que, si lo invitan a una reunión o conferencia por parte del trabajo, pensará varias veces si ir o no, porque le dará un miedo irracional entrar al lugar. Lo más probable es que se abstenga de ir e invente cualquier excusa para disculparse.

Cuando se expone a aquello que le provoca miedo, se puede sufrir molestias a nivel físico, emocional y psicológico. Los más comunes son: sudoración, falta de aire, deseo fuerte de huir, taquicardia, pánico, opresión en el pecho, náuseas, mareos, ansiedad, desmayo, temblores, ganas de llorar miedo a perder el control, sentir que se morirá o incapacidad para controlar el miedo.

Cómo tratarlas

En el portal web Mayoclinic se expone que el diagnóstico de las fobias se basa en una entrevista clínica exhaustiva y en pautas de diagnóstico. El especialista hará preguntas acerca de los síntomas y especificará el historial clínico, social y psiquiátrico. En ocasiones, el médico puede recomendar terapias o medicamentos. Entender qué es lo que causa una fobia en realidad es menos importante que centrarse en cómo tratar la conducta de evasión que se desarrolló con el tiempo.

Las fobias se pueden tratar con ayuda de un especialista en psicología, quien utilizará diferentes terapias como la cognitivo conductual. (Foto Prensa Libre: Nik Shuliahin en Unsplash).

Una forma de tratar las fobias es por medio de una psicoterapia llamada “terapia de exposición”, la cual se centra en cambiar el modo en que se reacciona al objeto o situación que provoca el miedo. La exposición gradual y reiterada a la fuente de su fobia específica y a los pensamientos, los sentimientos y las sensaciones que se asocian puede ayudarle a aprender a controlar la ansiedad. Por ejemplo, si le dan miedo los ascensores, la terapia puede ir desde simplemente pensar en entrar a un ascensor, mirar fotografías de ascensores, hasta acercarse a uno e ingresar.

Otra terapia que se lleva a cabo para enfrentar estos trastornos de ansiedad es la “terapia cognitivo conductual”, que implica la exposición en combinación con otras técnicas, para aprender maneras de ver y enfrentar de forma diferente el objeto o situación que causa el miedo. Se aprende a ver de otra forma el miedo, las sensaciones del cuerpo y el impacto que ha tenido en su vida. Específicamente la terapia se centra en desarrollar confianza en sí mismo, en dominar sus pensamientos y emociones, en lugar de abrumarse por ellos.

Para Carlos de León, psicoterapeuta, existen cuatro pasos básicos para superar una fobia, que se basa en la terapia cognitivo conductual:

  • Aceptarla

Para superar un miedo, lo primero que se debe hacer es asumir y aceptar que se tiene. Aunque se lee como un proceso sencillo porque identificar el miedo a las arañas o a un animal específico no requiere de mucha valentía, esto no es fácil cuando se tienen fobias como el miedo a los lugares abiertos o espacios públicos. El texto de Daniel Bennett, publicado en la revista científica y tecnológica BBC Focus explica que estos temores pueden partir de una causa fundamental algo más abstracta que se manifiesta como aversión a las multitudes o a determinadas situaciones sociales.

El reconocimiento de incidentes del pasado, como posible causa del surgimiento de la fobia, también puede ayudarle a entender que ya no hay nada que temer.

  • Entenderla

La terapia cognitivo conductual cumple también la función de entender la razón del miedo. Se centra en aprender a hacer frente a los sentimientos y emociones negativas que provoca la fobia, así como a combatir la respuesta física, los síntomas que se presentan al momento de la exposición.

Los procesos que se llevan a cabo son reestructurar el pensamiento erróneo que se tiene del miedo, discutiendo los niveles de ansiedad con otra persona o con uno mismo. De lo que se trata es de poner de manifiesto que, si uno enfrenta lo que le causa pánico, no hay ninguna posibilidad de sufrir ningún daño.

  • Actuar

Después de entender el miedo, hay que enfrentarlo. Este paso es, quizá, el más difícil para algunos porque consiste en buscar la forma de ser valiente y exponerse a eso que causa temor.

Bennet expone que una técnica común es conocida como el “modelado”, que consiste en observar o pasar tiempo con alguien que regularmente trata con aquello a lo que se tiene miedo. Por ejemplo, quien sufre de aracnofobia, lo ideal es observar cómo alguien manipula una de las más espeluznantes. Cuando eso se consigue hacer sin dificultad, lo siguiente será acercarse cada vez más, sin llegar a sobrepasar lo que se puede asumir en cada momento.

De esta forma, con una práctica regular, se puede desarrollar una “resistencia” a lo largo del tiempo.

  • Enfrentarse poco a poco

Los profesionales mencionan que no hay que exagerar y lanzarse de lleno hacia el objeto o situación que provoca la fobia, porque esto puede empeorar las cosas. Por eso se recomienda ir de forma gradual, primero imaginando, por ejemplo, las arañas y al superar ese pensamiento, acercarse a una de verdad.

Lo ideal es que se sigan las recomendaciones del especialista con el que se está tratando la fobia y no tratarlo de hacer solos.

Fobias más comunes

Los seres humanos podemos desarrollar fobia a cualquier objeto o situación, por ello el mundo de las fobias es muy diverso. A continuación, se detallan algunas de las que tienen mayor incidencia, ya sea por tendencia natural o porque se pueden tener experiencias negativas con facilidad.

  • Claustrofobia: Miedo a permanecer un tiempo en un espacio cerrado.
  • Agorafobia: Miedo a los espacios abiertos, a las multitudes y a los lugares públicos.
  • Aerofobia: Es el miedo a volar en aviones.
  • Acrofobia: Es el miedo a las alturas, ya sea desde edificios o precipicios.
  • Fobia social: Es el miedo a exponerse a situaciones sociales, ya sea por ser humillado, rechazado o ser evaluado negativamente.
  • Coulrofobia: El miedo a los payasos es uno de los más comunes, especialmente en la infancia.
  • Glosofobia: Es el miedo a hablar en público.
  • Escotofobia: Miedo a la oscuridad.
  • Aracnofobia: Miedo a las arañas.

ESCRITO POR:

Andrea Jumique Castillo

Periodista de Prensa Libre especializada en temas de salud, bienestar y cultura, con 5 años de experiencia.