Esto suele nombrarse popularmente como “las sobras”, y aunque generalmente no les prestamos tanta atención, pueden ser de mucha utilidad para nuestro bolsillo y paladar.
Lucía Rosales, especialista en Nutrición, comenta que el gran beneficio de los sobrantes de comida se relaciona con el hecho que estos pueden ser reutilizados para otros platos.
La nutricionista apunta que lo más importante detrás de esto es que las personas pueden aprender a “administrar mejor sus recursos económicos cuando compran comida y posteriormente aprenderán a darle el mejor uso posible a los alimentos adquiridos”.
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Pero además de los beneficios que esto pueda tener a corto plazo en el plan de alimentación, es necesario tener en cuenta una forma óptima de conservar las sobras para que haya un mejor y nuevo consumo.
A decir del doctor Rodolfo Solís, director Académico del Técnico y Licenciatura en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Galileo, la preservación y durabilidad de los alimentos se relacionará siempre a la naturaleza que estos tengan.
En ese sentido juega un papel importante el nivel de pH de la comida, ya que a partir de allí se define cuán ácidos o ligeramente alcalinos puedan ser. Esto afectaría a los procesos de descomposición.
De acuerdo con el doctor Solís, los alimentos con menor cantidad de agua son más capaces de resistir y conservarse. Por otro lado, la nutricionista Rosales subraya que las comidas con ingredientes que tengan procesos químicos resisten más.
¿Cómo conservar mejor los alimentos cocinados?
Todas las sobras que implican comida previamente cocinada deben refrigerarse con una temperatura de 4°C, y en el caso de congelados, en una temperatura menor a los 0°C. Esto se debe, según el doctor Rodolfo, a que los alimentos se descomponen en temperaturas mayores a los 30°C.
Además de la temperatura, resulta pertinente tomar en cuenta la forma en que los sobrantes serán almacenados. Para ello debe pensarse en los recipientes adecuados.
“Los recipientes tienen mucha importancia, ya que deben ir de acuerdo con la naturaleza del producto y el tiempo que se desea guardarlos“, apunta Solís.
De esa cuenta recomienda que sean trastos que no provoquen re-contaminación exterior como los de vidrio con tapadera del mismo material que estén lo más limpios posibles.
“Otros materiales como papel aluminio o plástico adhesivo son importantes para tapar los recipientes con alimentos”, agrega Solís.
La nutricionista Rosales comparte que en el caso de alimentos con bastante agua como lo espinacas, pueden ser guardadas con un poco de papel servilleta para absorber en el fondo.
Un aspecto que no se debe pasar por alto tiene que ver con guardar la comida caliente en un trasto y taparla de forma inmediata. Los especialistas no recomiendan hacer esto, ya que agiliza el proceso de descomposición.
“Al no estar el alimento en un envase hermético, como una lata o un frasco de vidrio especial, los vapores no se eliminan, se condensan adentro y el alimento puede sufrir cierto deterioro”, señala el doctor Solís.
Por ello, se recomienda que los trastos tengan un espacio abierto destinado para que salga el vapor y se enfríe, antes de taparlo completamente.
Lucía señala que el congelador también es un gran aliado ya que puede mantener por más tiempo los alimentos, pero, por otro lado, puede generar una pérdida en ciertas texturas.
En cuanto al tiempo de conservación, los especialistas explican que no se puede generalizar una temporalidad adecuada, ya que los alimentos son muy distintos.
Lucía señala que hay ciertas técnicas de maduración, o métodos de cocción que ayudan a que los alimentos tengan una mayor durabilidad. Por ejemplo, un filete de carne que es cocinado y luego congelado podría resistir más
Las fechas de caducidad son indicadores que también ayudarán a saber qué tanto pueden resistir los alimentos.
Generalmente hay alimentos que se pueden guardar a temperatura ambiente como lo son granos, frutas, hortalizas (estas bien lavadas), panes o cereales. No todo debe ser guardado en la refrigeradora. En ocasiones, las verduras también pueden guardarse en la refrigeradora e incluso congelarse para futuros platillos.