La uroguanylina es una proteína producida en el intestino y que regula el equilibrio del agua en ese órgano y en el riñón.
Durante el trabajo, los ratones obesos recibieron uroguanylina de forma crónica, lo que sirvió para reducir drásticamente tanto el peso como la grasa sin reducir la cantidad de alimento.
Los investigadores vieron que la uroguanylina tiene efecto sobre los dos tipos de grasa del cuerpo: la grasa blanca y la grasa parda.
“Por un lado, la uroguanylina incrementa la actividad de la grasa parda, que quema calorías para mantener la temperatura corporal, y por otro, estimula la diferenciación de grasa blanca, que sólo almacena las calorías, y la grasa parda ayudando así a quemar más calorías”, explicó la doctora María Luisa Seoane, del grupo de Fisiopat.
Cuando la uroguanylina se produce y se libera en el intestino, llega al cerebro, que es el encargado de transmitir las señales a la grasa para que la hormona ejerza su efecto antiobesidad.
“En la actualidad, el único tratamiento efectivo contra la obesidad es la cirugía bariátrica, lo cual lleva a pensar que aquellas proteínas liberadas por el sistema digestivo deben ser cruciales en la regulación del peso corporal” , sostiene la doctora.
La uroguanylina se une así a la lista de factores procedentes del sistema digestivo que están siendo estudiados como tratamientos de la obesidad.