Las consecuencias de este incremento, el cual se estipula llegará a los 2,8°C a finales de siglo -cuando el máximo debería ser 1.5°C-, no solo vaticinan efectos en el clima, la geología y la biodiversidad del planeta, sino también en la salud humana.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud prevé que entre 2030 y 2050 el cambio climático provoque la muerte de unas 250 mil personas, consecuencia de la desnutrición, el paludismo la diarrea y el estrés térmico.
Gran parte de este escenario se debe al consumismo de productos que alimenta nuestras sociedades donde hemos llegado a necesitar más de lo que se podría considerar básico, que resulta ser un desecho contaminante.
¿Cómo hemos llegado a este punto? Para Juan Carlos Zetina, psicólogo especialista en energías, la necesidad de consumir excesivamente puede explicarse también por un vacío personal y colectivo que a la vez se expone a las promesas de felicidad marcadas por la sociedad.
Zetina considera que hemos llegado a un punto en el que si no alcanzamos comprar todo lo que queremos, podemos llegar a deprimirnos o frustrarnos. “Hay un vacío de no saber quiénes somos. Buscamos adquirir como una forma de darnos valor. Creemos que valemos por lo que tenemos“, agrega el especialista.
Estas formas de ver el mundo nos han llevado también a olvidarnos de la importancia de la sencillez.
“La sencillez no es escasez si la entendemos como la libertad de no depender de factores externos para ser felices o sentirnos completos”, comparte Mayana González, terapeuta alternativa.
A consideración de la experta en prácticas holísticas, la sencillez es una forma de aceptación de lo que puede haber y que aporta tanto paz como gozo.
La imposibilidad de sentirnos plenos es un síntoma de la actualidad, ya que en medida que necesitamos más cosas podemos volvernos esclavos. De esta manera, Mayana González dice que al sentirnos vacíos creemos en la carencia y por eso surge la necesidad de luchar contra una especie de abandono.
Por otro lado, la psicóloga e investigadora en pedagogías sociales Esperanza de León comparte: que esta forma de ver el mundo puede deberse a una tergiversación de lo que consideramos necesario para vivir: “Vivimos en un punto geográfico que recibe una fuerte influencia de un mundo globalizado que promueve modelos que nos pertenecen o quedan muy lejanos“, dice.
Aunque es importante cuestionar los estados a los que nos puede llevar la necesidad de gastar, es evidente que para sobrevivir también se requieren adquirir o comprar insumos. No obstante, hay que prestar atención en las consecuencias que puede traer el abuso del querer más de lo que podríamos necesitar.
Reducir las “necesidades”
José Miguel Gómez es un ingeniero industrial que graduó en 2007 de la Universidad Rafael Landívar. Aunque su carrera le preparó para laborar desde enfoques gerenciales y administrativos, en 2009 su interés por esta carrera se transformó luego de conocer más sobre la soberanía alimentaria, una apuesta de los pueblos originarios por definir sus formas de producción y consumo de alimentos.
Mientras se adentraba en esta práctica, Gómez también conoció el panorama de la desnutrición crónica en Guatemala, lo que produjo que el entonces joven comenzara una misión por contribuir en proyectos que enseñaran sobre la importancia de regular los consumos alimenticios con bajo valor nutritivo, a lo largo del país en puntos como Baja Verapaz, Sacatepéquez o la Costa Sur.
Gómez opina que vivimos en un época de ‘hiper-marketización’ donde las pantallas trabajan desde nuestro inconsciente para hacernos consumir de forma irreversible. El ingeniero agrega que esto ha llevado a la erosión de la Tierra, la contaminación ambiental y la voracidad humana.
Esperanza de León agrega que esto ha llegado a afectar en las personas afecta a la salud psicoemocional. “El esforzarnos por encajar en un modelo que no se ajusta a nuestras formas de vida nos lleva a estados de ansiedad o depresión que se han convertido en una de las pandemias de nuestros tiempos”.
La terapeuta Mayana González añade que plantearse una vida más sencilla puede no referir únicamente a lo material, sino a poder ganar más y nuevos conocimientos.
Cómo vivir con menos
A decir de Juan Carlos Zetina, el hecho de tener una vida con menos puede llevarnos a estados de madurez y tranquilidad, ya que no hay una necesidad de compararse con expectativas o tendencias mundiales de consumo.
“Una vida sencilla te hace valorar lo que es más profundo. Es algo que puede ser muy raro para mucha gente, pero solo el hecho de respirar, de estar vivo, amanecer o saber que podemos estar con nuestros familiares; cuando estás en paz puedes, tener más los pies sobre la tierra. Buscas lo esencial que puede llevarte a tener un alma más evolucionada“, añade Zetina.
Aunque se trata de una actitud crítica que apuesta a cuestionar qué tan necesario es lo que acumulamos, querer una vida sencilla es una invitación para que las personas no caigan en el prejuicio ya que no todas tienen un mismo ritmo.
Alcanzar una vida más sencilla es posible. De acuerdo con los entrevistados, estas pueden ser algunas recomendaciones para aproximarse a ese camino:
- Hablar del tema: Compartir ideas sobre una vida más sencilla puede ayudar a la reflexión colectiva.
- Tomarse el tiempo para evaluar los consumos: José Miguel Gómez invita a reflexionar sobre el precio de algo y compararlo con otra cosa que se podría comprar que sea más utilitaria.
- Reducir, Reutilizar y Reciclar: Llevar a cabo acciones que permitan reducir el consumo de materiales innecesarios, reutilizar envases plásticos o reciclarlos para darles otra vida son opciones válidas. Se puede sumar el conocimiento de otras formas de ayudar al planeta.
- Considerar el presente y el mundo: Es importante saber que en medida que estemos presentes lograremos entender cuál es el lugar que habitamos en el mundo, por ende esto generará más agradecimiento.
- Ver las cosas con perspectiva: No emitir juicios a la ligera y procurar ver las decisiones de los demás y las propias con perspectiva ayudaría a tener una mejor comprensión de nuestras dinámicas sociales.
- Aceptar las circunstancias: Se debe recordar que las cosas que se viven en un determinado momento son cruciales para avanzar a las demás, por lo que es importante aceptar cómo son y confiar en que todo se transforma. En medida que haya más consciencia sobre una vida sencilla, esta irá llegando si se trabaja y aceptan las circunstancias en el proceso.