Cámaras vigilan el comportamiento de los niños y educadores e ingenieros trabajan en ese algoritmo que sirve para personalizar los contenidos a la medida del niño.
“Si alguien es mejor que yo en lectura, estudiará cosas de un nivel más avanzado”, explica Miles, un niño de 10 años, alumno de AltSchool.
- El profesor que tiene un saludo personalizado para cada uno de sus alumnos
- “Todos los alumnos tienen talento”: qué está aprendiendo América Latina de la educación en Finlandia
Para Miles, el sistema es “divertido” porque le permite tener un aprendizaje “mucho más personalizado”, asegura.
Su creador, Max Ventilla -un empresario de Silicon Valley que trabajó en Google- quiere vender su idea a escuelas públicas para hacerlo accesible a todo el mundo y que “los niños tengan la mejor educación en el futuro”, le dice a la BBC.
Sin embargo, de momento no es algo al alcance de todas las familias. La matrícula cuesta US$30.000 al año y sólo hay ocho en Estados Unidos.
El método es controvertido. A quienes lo critican les preocupa que reduzca la fuerza e influencia de los maestros en el desarrollo de los niños.
Pero Ventilla lo defiende: “En la tecnología hay un efecto en cadena y cada vez más estudiantes y escuelas usarán este sistema”, advierte.