Originalmente era un sistema de cuevas de piedra caliza, cuando los niveles del mar eran más bajos. Cuando el nivel del océano subió, las cuevas se inundaron y luego se formó tan singular agujero.
Los científicos encontraron sedimentos y rocas de la era del declive del Imperio Maya (entre los años 800 y 1000 d.C.) y en los que detectaron bajas cantidades de aluminio y titanio, que revelan gran cantidad de lluvias tropicales.
Estos datos apuntan a que hubo en esa época una severa sequía que pudo ser clave para la extinción de esta civilización mesoamericana.
Aunque ya sea habían encontrado evidencias acerca de la sequía, el Gran Agujero Azul es la zona mejor alineada con Tikal, antigua capital de los mayas, y que además está en la ruta de tormentas tropicales que pasa por la antigua ciudad.
Con información de 20Minutos.