En Guatemala, el uso de la tecnología en la enseñanza era solo una opción, por ello, solamente el 25 por ciento de los maestros estaban preparados para adoptar esta modalidad, según el estudio Covid-19 la respuesta educativa en Guatemala. Es decir que uno de cada cuatro docentes se encontraba con las habilidades para impartir clases en línea.
Las dificultades para dar ese salto a lo digital son válidas ya que la mayoría de los docentes recibió una formación tradicional, que no contemplaba entrelazar el mundo tecnológico con la educación, ya que este solo se utilizaba para realizar proyectos o investigaciones y no una cátedra diaria.
Principales retos
El principal reto al llevar las clases presenciales al mundo virtual es asegurarse que la información impartida es efectiva. Antes, en el aula, era fácil darse cuenta cuando un alumno está distraído o aburrido, afirma Emy Coyoy, tutora virtual. Sin embargo, ahora no es así y cualquier cosa puede llamar su atención.
Además, asegurarse que la calidad del contenido es el mismo. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que la forma de comunicarlo no será igual. La metodología de enseñanza debe cambiar ya que hay que hacerla más llamativa y dinámica, para que el alumno la capte y se entusiasme al recibirla.
“No podemos usar los mismos métodos porque las clases no son igual. La metodología debe ir acompañada y adecuada a los procesos reales que está viviendo el alumno. Por ejemplo, el hecho de que no tenga computadora o Internet todo el día”, dice la especialista.
Por ello, recomienda utilizar el método de clase invertida. Este consiste en que las tareas se realicen en el periodo de clase. Es decir, los alumnos se conectan a una hora determinada y en compañía del docente llevan a cabo actividades prácticas. El adulto deja una guía de aprendizaje con diferentes recursos para reforzar el tema, por ejemplo, vídeos, preguntas reflexivas o referencias bibliográficas para que los estudiantes puedan revisarlas durante el día y así tengan más ideas libres a su imaginación.
“Por eso se llama metodología de clase invertida, porque la tarea se hace con el maestro y las lecturas las realizan solos. Esto ayuda a que, en estos tiempos, cuando no todos tienen computadora, no se tenga el riesgo de que no hagan sus tareas. Además, los docentes podemos dar un acompañamiento más directo porque la mayoría de las dudas surgen al poner la teoría en práctica”, afirma Coyoy.
¿Qué habilidades se necesitan?
Un docente virtual es importante que tenga templanza y paciencia para que cuando falle la tecnología no se estrese y guarde la calma. Además, para entender que siempre habrá problemas de comunicación, aún cuando se preparen adecuadamente y con antelación las clases.
Además, ser creativo para crear un espacio adecuado en donde se combinen actividades prácticas y actividades con el uso de tecnología. “Hay que tener creatividad para no saturar de tareas a los alumnos, pero tampoco dejarles muy poquitas creyendo que no las harán. Es necesario adecuar nuestras metodologías a los espacios virtuales para que las clases sigan siendo atractivas”, explica Coyoy.
Para Carlos Guzmán, pedagogo, es vital que el docente comparta el material de clase de una forma rápida y sencilla con los estudiantes. Para lograrlo se puede apoyar en aplicaciones como el correo electrónico, las “nubes virtuales” como Google Drive, OneNote o Dropboc, o utilizar chats grupales.
También puede utilizar herramientas para motivar con desafíos divertidos durante la semana a través de crear un canal de Actividades Divertidas. Por ejemplo, realicen un concurso de cocina y hagan que los estudiantes compartan sus creaciones en el canal. Reconozcan a sus estudiantes con premios y así inspirarán a más estudiantes a participar.
Aplicaciones recomendadas
Actualmente existen diversas aplicaciones que ayudan a crear clases virtuales más efectivas, dinámicas y llamativas para los estudiantes.
- Google Classroom: es una de las más utilizadas en los últimos meses por su sencillo modo de uso. Con esta aplicación puede crear una clase y luego agregar a sus alumnos. Además, al tener una cuenta de Google será más fácil compartir archivos por medio de Google Docs.
- EdPuzzle: Aula invertida es una estrategia de enseñanza en la cual el profesor deja de tarea un video que explica el tema y, durante la clase, se hacen prácticas o se despejan dudas. Se pueden utilizar vídeos de YouTube y configurar algunas preguntas, agregar la función que evita que se salten el contenido y así los alumnos ya podrán verlo sin problema.
- ClassDojo: con esta aplicación se puede enviar retroalimentación a los alumnos, comunicarse con sus padres y crear portafolios digitales. Incluso, puede crear equipos de trabajo aleatorios, elegir un alumno al azar, entre otras opciones.
- Kahoot: es una herramienta con la que puede convertir un cuestionario de opción múltiple en un juego de trivia. Su uso es sencillo, después de crear una cuenta, solo necesita escribir las preguntas con sus respuestas y marcar la correcta.
- Classcraft: una opción para aprender jugando de manera diferente. Esta aplicación crea juegos de rol diseñados para ser aplicados a lo largo de curso. Con esta metodología se logra una correcta gamificación – técnica de aprendizaje que traslada la mecánica de los juegos al ámbito educativo-profesional con el fin de conseguir mejores resultados-.
- Cerebriti: es una página web española que permite crear juegos de preguntas o juegos con mapas interactivos, con el objetivo de que las evaluaciones de los alumnos sean divertidas.