“Unas 80 mil personas al año sufren un paro cardíaco en la Unión Europea y sólo 8% de ellas sobreviven”, afirma en un comunicado Alec Momont, de 23 años, estudiante belga de ingeniería que desarrolló el sistema.
(Foto Prensa Libre: AFP)
“La principal razón es el lapso relativamente largo que necesitan los socorristas para llegar al lugar (donde está la víctima), o sea unos 10 minutos, cuando la muerte en esos casos se produce tras cuatro a seis minutos”, agrega.
Para Mormont, el prototipo que diseñó podría llevar un desfibrilador en un minuto en una zona de 12 kilómetros cuadrados, “haciendo pasar las posibilidades de sobrevivir de 8% a 80%”.
(Video Prensa Libre: YouTube)
El prototipo cuenta con un micrófono y una cámara para permitir, una vez que el dron llegue al lugar donde está la víctima, que el personal médico dé instrucciones a quienes estén con ella para que logren usar el desfibrilador.
A simple vista, los drones, más conocidos por su uso militar, parecen aviones pequeños de aeromodelismo. Todos son manejados a control remoto, pero algunos más sofisticados pueden volar con plena autonomía gracias a programas informáticos.
Entre los potenciales usos de los drones, además del relevamiento de reservas arqueológicas y naturales, figuran la inspección de desastres naturales, de tráfico urbano y seguridad ciudadana.