Esta corriente de lava fue observado por los investigadores y por los guardacostas que vigilan regularmente el estado del islote, situado a unos 500 metros de la isla inhabitada de Nishinoshima, en el archipiélago Ogasawara.
El lunes seguía emanando con regularidad humo, cenizas y lava de dos cráteres descubiertos el viernes.
Según los especialistas, el hecho de que haya una corriente de lava que se va endureciendo aumenta las probabilidades de que la isla permanezca sobre la superficie, aunque no se descarta que desaparezca bajo el agua tan rápido como apareció.
El Gobierno japonés decidió esperar a ver si permanece en la superficie antes de bautizarla.
“Es posible, no obstante, que la erupción dure mucho tiempo y que (la isla) crezca aún más”, indicó Yoshihiko Tamura, del centro japonés de investigación oceanográfica.
Es la primera vez en 40 años que emerge un islote en esta zona.