Tecnología

Se descubren 478 centros ceremoniales en Tabasco y Veracruz, guatemaltecas participan en esta investigación

El Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio este lunes 25 de octubre publicó un estudio que da evidencias de 478 centros ceremoniales en la zona de México.

Flory Pinzón, de celeste y María Belén Méndez, de pantalón azul, en imágenes que muestran su trabajo dentro de la reciente investigación.   en México.  ((Foto Prensa Libre: cortesía Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio).

Flory Pinzón, de celeste y María Belén Méndez, de pantalón azul, en imágenes que muestran su trabajo dentro de la reciente investigación. en México. ((Foto Prensa Libre: cortesía Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio).

El Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio nació como un proyecto de colaboración entre la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Arizona, en el que se unieron investigadores de diferentes nacionalidades entre las que se encuentran Japón, Suiza, México, Estados Unidos y Guatemala.

El trabajo se ha centrado en una primera fase en el 2017 en la región del Usumacinta en el Estado de Tabasco en México.  Es importante conocer que el río Usumacinta es el más caudaloso de la zona maya nace en Huehuetenango e irriga un área de 106, 000 km2 hasta el sureste de México.  La mayor parte está en los estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y Campeche en donde se ha conocido que existieron poblaciones mayas.

El objetivo del Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio ha sido desde su origen examinar los orígenes de la civilización maya en relación a sus interacciones con la región olmeca, estudiar las relaciones de la sociedad humana con el medio ambiente e investigar cambios sociales en la sociedad maya durante los períodos Preclásico y Clásico.  Este es dirigido por el doctor Takeshi Inomata y la doctora Daniela Triadan.

La arqueóloga guatemalteca Flory Pinzón explica que se siente orgullosa y feliz de formar parte de este equipo de investigación y poder aportar con su trabajo un granito de arena para el conocimiento de las sociedades antiguas. En este proyecto también participa la guatemalteca María Belén Méndez Bauer.

El equipo investigador ha estado cuatro años en su labor. Sus hallazgos se publicarán en la revista Nature Human Behavior. (Foto Prensa Libre: Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio)

Tecnología y descubrimientos

En 2017 empezó una segunda fase del proyecto siempre a través de una tecnología basada en análisis de mapeo láser aerotransportado o lidar (Light detection and ranging) con el que se descubrieron 478 centros ceremoniales en los estados mexicanos de Tabasco y Veracruz.

Esta tecnología se trata del uso de un aparato llamado lidar colocado desde una avioneta y que lanza cierto número de pulsaciones láser que permiten la visualización de ciertos niveles topográficos en las que va más allá de la vegetación, mientras mayor sea el número de pulsaciones, mejor es la resolución, así se logran identificar grupos y estructuras arqueológicas. Los datos obtenidos de este proceso se analizan y de esta manera se realiza la clasificación de complejos, explica la arqueóloga Pinzón.

Imagen del área localizada de investigación. (Foto Prensa Libre: Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio)

El lidar puede mapear formas tridimensionales del suelo y sitios arqueológicos penetrando la vegetación. Dicho estudio utilizó datos públicos generados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) combinados con imágenes del National Center for Airborne Laser Mapping (NCALM) y el NASA Goddard’s LiDAR,  Hyperspectral & Thermal Imager (G-LiTH). Por medio de esta información, se cubrió un área de 85,000 km2, lo que representa el estudio arqueológico de lidar más extenso realizado en Mesoamérica. El Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio realizó este estudio e investigaciones arqueológicas bajo la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.

La mayoría de estos sitios probablemente datan de 1100-400 a. C., varios siglos antes del apogeo de la civilización maya en el período Clásico (250-950 d. C.). Sus descubrimientos transforman la comprensión de los académicos sobre los orígenes de las civilizaciones mesoamericanas, en particular sobre la relación entre las culturas olmeca y maya.

Los complejos compartían patrones altamente estandarizados, incluyendo plazas rectangulares delimitadas por líneas de montículos bajos. Estas formas rectangulares medían hasta 1.4 km de longitud, y los ejes este-oeste de algunos complejos estaban orientados hacia las direcciones de la salida del sol en fechas específicas. Los centros fueron probablemente las primeras expresiones materiales de los conceptos básicos de los calendarios mesoamericanos.

Esta es una visualización de cómo los complejos se ven desde el cielo,  b: Pajonal; c: La Carmelita; d: Uxpanapa; e: Fideicomiso; f: La Veleta.  (Imágentes cortesía: Proyecto Arqueológico Usumacinta Medio)

El mayor de estos complejos rectangulares, Aguada Fénix, el cual se encuentra en las tierras bajas mayas occidentales, fue previamente reportado en Nature (Inomata et al. 2020. Monumental architecture at Aguada Fénix and the rise of Maya civilization). El presente estudio muestra que complejos ceremoniales similares se diseminaron en una amplia área que incluye la región olmeca y las tierras bajas mayas occidentales.

El estudio también sugiere que el prototipo de estos formatos estandarizados se desarrolló en el antiguo centro olmeca de San Lorenzo entre los años 1400 a 1000 a. C. A través del análisis de datos lidar de San Lorenzo, los autores detectaron una forma rectangular no reconocida previamente.

San Lorenzo tenía una organización jerárquica, como lo demuestran las esculturas de cabezas colosales que probablemente representan gobernantes. En contraste, los constructores de los sitios estandarizados encontrados en este estudio probablemente no tuvieron una marcada desigualdad social. Estos parecen haber mantenido ciertos niveles de movilidad, viviendo en casas por un tiempo breve. Las enormes construcciones realizadas por esos grupos no jerárquicos obligan a los investigadores a repensar cómo se desarrollaron las primeras civilizaciones.

Estos hallazgos muestran la importancia del legado de San Lorenzo y las innovaciones realizadas por grupos posteriores. Los complejos estandarizados en esta área fueron abandonados después del 400 a. C., pero algunos de sus elementos fueron adoptados por los centros mayas posteriores, proporcionando una base importante para la civilización maya.

La experta comenta que no se han verificado los 478 complejos identificados, solamente se hizo verificación en reconocimiento de 62 de ellos y se ha realizado excavación en los sitios de Aguada Fénix, La Carmelita, El Tiradero, Buenavista y Rancho Zaragoza.  Regularmente les ha tocado viajar temporadas a los lugares, mientras otros procesos se pueden hacer desde casa.  La pandemia hizo que el trabajo de investigación se extendiera.

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