Escenario

Cuatro siglos del Día Clásico

La celebración dedicada a la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción del templo de San Francisco, con el incomparable rezado el 8 de diciembre, se ha prolongado por casi 400 años, durante la cual multitud de fieles manifiestan la devoción a este dogma mariano.

Virgen de la Inmaculada Concepción de San Francisco

Virgen de la Inmaculada Concepción de San Francisco

Esta es una de las tradiciones más arraigadas en Guatemala y a diferencia de las solemnes procesiones de Semana Santa, el rezado ocurre en un ambiente festivo, en el que no pueden faltar música, alfombras, juegos pirotécnicos, luces multicolores, incienso y bailes. El 8 de diciembre es conocido como Día Clásico de Guatemala, porque es capaz de conmover y convocar a todas las clases sociales de la metrópoli, refiere Miguel Álvarez, cronista de la ciudad.

A lo largo de su recorrido, los creyentes cantan, lloran y aplauden al paso de la imagen. Su devoción fue instituida por la orden franciscana después de su llegada en el siglo XVI y el rezado fue establecido por las autoridades en 1617, cuando esta advocación fue declarada patrona tutelar de la ciudad y se autorizó la procesión anual el 8 de diciembre.

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La festividad consistía en vísperas, liturgia con cantores, música, procesión votativa —voto que hace la ciudad, avalado por las autoridades— y octava —ocho días después— con la misma solemnidad del día principal.

“Su rezado del 8 de diciembre constituye uno de los más fieles símbolos de la fe y del entusiasmo del pueblo de Guatemala. Este ha aglutinado, centralizado y desarrollado durante siglos la devoción por la Inmaculada Concepción”, indica el libro Un dulce rezo, de Miguel Álvarez y Rita Villanueva, del cual se muestra en este espacio datos inéditos y fotografías de este tradicional festejo.

Llegada de la virgen

La imagen, conocida también como Virgen de los Reyes, fue traída de España a finales del siglo XVI por fray Antonio Tineo, destinada originalmente al Convento de San Francisco, en el Valle de Almolonga. Era una talla tan bella que impresionó a los religiosos, quienes decidieron dejarla en la capilla de San Francisco El Grande, en el Valle de Panchoy, hecho conocido como “el divino secuestro”.

Después del traslado de la ciudad, en 1776, se consideraba a la Virgen de Concepción de San Francisco como la imagen patronal de la Nueva Guatemala de la Asunción, explica Álvarez.

El 15 de diciembre de 1754, la Gaceta de Guatemala describía cómo en la Plaza Mayor se saludaba a la imagen con salvas de artillería, durante su rezado. En ese mismo medio, pero del 10 de diciembre de 1852, se expone que en casi todas las poblaciones se solemnizaba el Día de la Inmaculada Concepción, al transmitirse como una tradición piadosa.

El recorrido duraba cuatro horas, de 16 a 20 horas, durante las cuales la apoteosis del rezado —declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación en el 2012— era continua, con la concurrencia que recorría las calles entre cánticos de alegría y alfombras de colores.

Ahora se prolonga 12 horas, ya que llega a barrios como el de San Sebastián, Moderno, La Merced, Santo Domingo y Gerona, en los cuales la Virgen es recibida con algarabía y muestras de amor y devoción. “Es un rezado multitudinario que no se puede concebir sin música, gritos y luces. Es el pueblo que toma las calles para acompañar a la reina. Se calcula que participan de 20 mil a 30 mil fieles”, explica William Estrada, encargado del Rezado y de la Cofradía de la Inmaculada Concepción.

Los festejos de los 400 años del rezado comenzarán en el 2013; en el 2014 se festejarán los 25 años del anda, donada por el rey de España; en el 2015, los 425 años que arribó la imagen a Guatemala, y el 2016 será un año jubilar que culminará con el cuarto centenario en el 2017, detalla Estrada.

ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.