Carismáticos

FRANCO MARTÍNEZ-MONT *

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Este tipo de dominación fue acuñada por Max Weber, y hace referencia a “aquella que utiliza el carisma como una cualidad que pasa por extraordinaria —condicionada mágicamente en su origen, lo mismo si se trata de profetas que de hechiceros, árbitros, jefes de cacería o caudillos militares—, de una personalidad, por cuya virtud se la considera en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas, o como enviados de Dios, o como ejemplar y, en consecuencia, como jefe, caudillo, guía o líder”. (Weber, 1964).

La historia sociopolítica de Guatemala, basada en un entramado de violencia, cacicazgo, discriminación y autoritarismo, ha sido un caldo de cultivo fértil para dirigentes carismáticos —Vinicio Cerezo y Alfonso Portillo—, incluso algunos de corte fascistoide como Rafael Carrera, Justo Rufino Barrios, Manuel Estrada Cabrera, Jorge Ubico y Efraín Ríos Montt que en su megalomanía política presentaban rasgos como redentores de masas, moralismo exacerbado y fundamentalismo religioso, acompañados siempre de la efectividad del garrote.  

Sin embargo, ante la evidente crisis de institucionalización de los partidos políticos —desideologización, cooptación privada y del narco, ausencia de plataforma programática, elitismo dirigencial y nula territorialización—, aunada a la intencionada paranoia de las élites oligárquicas del país ante la emergencia de un presidente carismático, demagogo, populista y proclive al socialismo del siglo XXI —finado Chávez, Correa, Ortega, Humala, Sánchez Cerén, Morales y hasta Mujica meten en ese fiambre—, es importante, independientemente de la psicologización del voto, fortalecer la cultura política y democrática del ciudadano, pues el objetivo es desmitificar que el sujeto racional es solamente elector y consumidor sublimado.

Ahora bien, debemos preguntarnos lo siguiente: ¿Se constituye Cash Luna en el próximo ungido del proyecto político neopentecostal en Guatemala, ante el fracaso de Harold Caballeros? ¿Cómo empoderar al poder civil y salvaguardar la incipiente democracia ante el asalto del Estado por parte de los militares? y ¿Cuál de los precandidatos a la Presidencia es la peor amenaza para el desarrollo país, que usa el carisma como arpón inconsciente-electoral?

A manera de colofón, la dominación carismática necesita de la legitimidad de los seguidores, la cual nace de una entrega personal, llena de fe, surgida del entusiasmo, de la indigencia y de la esperanza.

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