La subjetividad de los criterios

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CUANDO SE REAliza una escogencia de personas en base a criterios subjetivos, es decir abstractos y por tanto relacionados a otros factores de iguales características, son muy altas las posibilidades de no poder llegar a un acuerdo porque no se conozcan temas como el  perfil necesario para quienes puedan ser incluidos en las listas y nombrarlos. Es importante saber además cuál es el perfil de quien o  quienes integran el jurado o el grupo encargado de semejante tarea.  Tanto cuando hay diferencias de criterio como cuando este es compartido, la escogencia huérfana de condiciones previas constituye una muy segura  ruta a diferencias fundamentales de criterio acerca, sobre todo, de los merecimientos de quienes han sido escogidos.

SE DEBE ADEMÁS PENSAR en la relación entre “poder” e “influencia”, esta última la capacidad de influir en los demás. Otra cosa: tener poder no implica utilizarlo, ni tampoco usarlo mal o abusar. Igualmente es conveniente analizar las posibles similitudes entre las personas escogidas, con el objetivo de buscar alguna de las características exigidas por los organizadores, en este caso la revista Forbes. Por cierto: independientemente de quién haya sugerido a estas mujeres guatemaltecas, la calificación constituye una opinión oficial de la revista Forbes, cuyas páginas en otra  edición podrían explicar algunas de las dudas y aclarar  los motivos por los cuales ha sido criticada debido a haber escogido como lo hizo. Hay y habrá polémica por un tiempo.

EN GUATEMALA, DICE Forbes, las mujeres más poderosas son: Rigoberta Menchú, Claudia Paz y Paz, Yassmin Barrios, Marielos Monzón, Ana María Rodas y Sofía Mirón. Conozco personalmente a doña Rigoberta, quien hace algunos años me dio un reconocimiento. Marielos Monzón fue mi alumna universitaria y ahora es una colega columnista. Con Ana María Rodas hay una vieja y cariñosa amistad: ambos somos periodistas y columnistas hijos de hombres de prensa. A Claudia Paz y Paz la vi un par de veces, una de ellas en su visita de cortesía a mi oficina, a
Yassmin Barrios sólo la he visto en fotos y videos y a doña Sofía Mirón no la conozco. Han tenido o tienen peso en la sociedad guatemalteca, por razones variadas y  contradictorias.  

ESE PODER ATRIBUIDO A ellas puede existir dentro o  fuera del país, y normalmente no coincide. Es necesario desapasionarse: la jueza Barrios, en un país distinto, hubiera pagado caro su evidente alegría cuando decidió a favor del genocidio. Doña Rigoberta  representa en el extranjero a la mujer indígena, lo cual no es así en Guatemala, talvez porque nadie es profeta en su tierra. Marielos hace activismo a través de sus columnas; Ana María abrió puertas a la literatura erótica femenina; Paz y Paz realizó un papel ahora necesitado de análisis, y doña Sofía trabaja en un escenario ajeno a la política. Forbes debe encarar las críticas y recibir las felicitaciones. Pero a mi juicio, el poder femenino nacional también tiene otros representantes valiosos.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.