HAGAMOS LA DIFERENCIA

Baja recaudación

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Guatemala está de rodillas para operar, es el país con la más baja carga tributaria de América Latina, a esto se aúna el problema de la corrupción imperante. El promedio de los últimos 25 años ha estado por debajo del 13% del producto interno bruto, tendiendo a la baja en los últimos años. En el año 2015 cerró en 10.2%. A esto contribuye principalmente la Economía Informal, que está cercana al 70%, la que no tributa y el sector privado que se opone a cualquier iniciativa para mejorar ingresos tributarios, más bien buscan cómo reducirlos. La nueva ley emergente para la conservación del empleo exoneró de impuesto sobre la renta al sector de vestuario, textil y call centers, lo que significa para el Estado una considerable merma en sus ingresos. Existen, además, una serie de exoneraciones y exenciones a instituciones descentralizadas, autónomas, iglesias e instituciones educativas. También existen incentivos y escudos fiscales para las empresas como las depreciaciones, deducción de impuestos por donaciones, las que en muchos de los casos se las hacen a sí mismos, mediante figuras como fundaciones, asociaciones, etc. donde tienen el control administrativo.

Aprovechando el descanso de Semana Santa, vacacionamos con mi familia en México, viajamos en autobús a Tapachula, y quedé sorprendido de un detalle interesante: al ingreso a ese país bajamos nuestro equipaje, el que fue sujeto a revisión. Los oficiales de Migración hicieron las preguntas pertinentes para asegurarse de que íbamos a realizar turismo. Pero al regreso, grande fue nuestra sorpresa cuando nos indicaron que no era necesario bajar nuestro equipaje del autobús, pues del lado de Guatemala no revisaban. Imagínense ustedes, lo que puede entrar a nuestro país sin prácticamente ningún control, las maletas permanecieron en el bus, mientras nosotros bajamos a Migración a realizar nuestros trámites de ingreso. Junto a nosotros venían viajeros que iban a otros países y desde otros países. Además, el contrabando que existe en el río Suchiate es impresionante, la cantidad de mercancías que ingresa en estos puntos es escandalosa, sobre todo ahora que el Peso está depreciado, las balsas improvisadas con neumáticos transportan todo tipo de mercancías sin ningún control hacia este país.

El problema en las aduanas es recurrente y al descubrir una de las redes, casi de inmediato se da un reacomodo y continúa todo igual. Quizá el escándalo más recordado es el de la red Moreno, la que volvió a reconfigurarse al poco tiempo. En todos los gobiernos se ha dado este problema, pero fue el del presidente Otto Pérez Molina el que quedó al descubierto, al estar liderado desde las cúpulas gubernamentales. Después del destape, los ingresos debieron aumentar, pero más bien tendieron a la baja; sin embargo, los productos siguieron ingresando al país. Esperamos que este gobierno sea la excepción, y que ocurra una verdadera reforma en el sistema de tributación.

Ni corrupto ni ladrón fue el estribillo de nuestro presidente durante la campaña, pero a ello hay que agregar el hecho de que se necesitan cambios estratégicos para asegurar que el Estado cuente con los recursos suficientes para operar. Esto no se logrará acudiendo a decisiones populistas como las de exoneración de impuestos, o cediendo a las presiones sindicales como las de los maestros, o manteniendo las instituciones bajo los mismos esquemas anteriores. Urgen procesos de reingeniería en varias instituciones del Estado. Esperamos que el de la SAT sea real.

samreygo@yahoo.com

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.

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