Conviene aclarar el financiamiento extranjero de actividades políticas. En efecto, algunos comentaristas se lanzan contra embajadas, para acusarlas de acciones sediciosas y conspirativas. No obstante, no proporcionan pruebas; pero, hechos notorios, no se dilucidan.

En efecto, aparentemente ha existido apoyo para determinadas organizaciones que han entrado en conflicto con el régimen de legalidad; en especial, sobre el día de celebración de elecciones. En la prensa se publicaron varios campos pagados de un comunicado de la Plataforma Nacional para la Reforma del Estado donde aparece el patrocinio del National Democratic Institute y del Institute for Multyparty Democracy.

El primero es expresión del Partido Demócrata de EE. UU., dirigido por el costarricense Eduardo Núñez. Indica que “support” las mesas del Congreso de la República. Los fondos son de la Agencia de Cooperación para el Desarrollo Internacional de Suecia (Sida) y la Agencia Internacional de Desarrollo de EE. UU. (Usaid). Una pregunta muy simple es: si pagó por proyectos, cuánto y quién fue el receptor. El instituto indica que la “sociedad civil” se representa por Linsleyd Tillit. Una presentación adecuada del “representative”, se agradecería. La entidad manifiesta que tiene como socios a Acción Ciudadana y Gente Joven. Cuando sus observadores acompañan a sus socios, han sufrido acoso de afiliados de partidos guatemaltecos.

El segundo, el instituto multipartidario, es una entidad de los Países Bajos. Su representante en el país es Ligia Blanco. De la misma manera, convendría que ofreciera una visión más detallada de sus gastos. Dado que patrocinar una publicación de la universidad estatal, que tiene suficientes fondos para sostener su autonomía, es un tanto extraño. De esa cuenta, conviene conocer el financiamiento de actividades políticas con fondos oficiales holandeses que se unen a otros oficiales provenientes de Suecia, administrados por la oficina de proyectos de Naciones Unidas en el país, que suman la cantidad de €391,294 contantes y sonantes.

Esto no es un asunto de la Cicig, ni nada por el estilo. Tampoco se está negando a los países extranjeros que “soporten” a sus socios para actividades políticas; pues el país no ha regulado este extremo. Por el momento no han existido acciones violentas o delictuosas, por lo que nadie puede afirmar que fuera de declaraciones, concentraciones y discursos, se han provocado hechos lamentables.

Otros países como Argentina, Venezuela, Ecuador o Perú, prohíben esas transferencias monetarias, salvo que se apliquen a estudios o investigaciones sociales. En cambio, en países pequeños como El Salvador y Guatemala, es bienvenida la plata. Se trata algo así como la bolsa, la gorrita o la camiseta. Son fondos que llegan en época electoral, los gobiernos creen que son “ganancia” y el canciller hace cara de estar informado.

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