EDITORIAL

Información técnica debe ser difundida

Las investigaciones y conclusiones de los científicos acerca de asuntos relacionados con los riesgos inmediatos, mediatos o a largo plazo deben ser consideradas como lo que son: material informativo que los ciudadanos tienen derecho de conocer, por factores geográficos y otros, que inciden en aumentar la vulnerabilidad sísmica que caracteriza a este territorio.

Hoy será desarrollado un seminario organizado por la Asociación Guatemalteca de Ingenieros Estructurales, en el que varios científicos se referirán en general a la necesidad de aumentar los estudios respecto de los factores relacionados con los terremotos, como la calidad de la construcción y el necesario conocimiento ciudadano de las condiciones existentes por las numerosas fallas localizadas en el valle capitalino y el resto del país.

Han sido numerosos y valiosos los trabajos realizados por los científicos guatemaltecos especializados en temas que tienen que ver con la realidad telúrica del país y de la capital, por poner un ejemplo, pero desafortunadamente no han tenido divulgación suficiente, a causa del desinterés de los ciudadanos y por la falta de acceso a las medidas necesarias para evitar que los terremotos tengan efectos mayores. A todo poblador le queda claro que en Guatemala siempre habrá sismos y, de hecho, estos siempre ocurren, aunque en magnitudes solo perceptibles por aparatos con tecnología específica. Los temblores ocupan un lugar en el inconsciente de todos, lo cual no necesariamente se traduce en asumir una actitud de prevención.

Entre las prácticas indispensables para minimizar los efectos de estos inevitables fenómenos naturales se deben incluir simulacros de cómo salir de cualquier tipo de construcción, sobre todo colegios, fábricas o estadios, además de una constante repetición de la forma como se debe actuar ante esos eventos e insistir en lo que no se debe hacer. Un simple ejemplo es la manera de conducir vehículo si se registrara un sismo en horas hábiles. Las recomendaciones serán eficientes si los simulacros se efectúan en horas de mayor tránsito. Los guatemaltecos deben tener claro que habitan un territorio de alta sismisidad, y por ello deben empezar por saber cómo actuar cuando se presente el próximo evento de esa naturaleza.

El porcentaje de guatemaltecos nacidos de 1976 a la fecha es mayoritario, por lo que la experiencia personal de vivir un terremoto es un hecho desconocido para muchos de ellos. En cambio quienes vivieron el terremoto ocurrido ese año lo recuerdan con lujo de detalles. Comprenden perfectamente que en esa ocasión hubo más de 23 mil muertos y un millón de damnificados en los 33 segundos que duró ese violento sismo. Los jóvenes no están conscientes de la magnitud de aquella tragedia, pero deben saber que un nuevo evento de esa naturaleza podría ser catastrófico.

Los científicos guatemaltecos, como profesionales muy conscientes, saben de la importancia de sus estudios, y ante la falta de divulgación, deben hacerlos públicos con conferencias de prensa. A su vez, los medios deben divulgar los descubrimientos y recomendaciones, así como los riesgos para la población.

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