CATALEJO

Dos actos en torno a lengua y literatura

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Me encuentro en Madrid, para realizar dos actividades causantes de alegría y satisfacción. La primera, agradecer oficialmente la decisión de la Comisión Permanente de la Asociación de Academias de la Lengua Española por haber incluido a El Señor Presidente, de Miguel Ángel Asturias, entre las ediciones conmemorativas de obras emblemáticas en nuestro idioma. La segunda, representar a la Academia Guatemalteca de la Lengua en el “simposio de las lenguas española y portuguesa en el espacio latinoamericano, en el contexto de la realidad lingüística”, organizado por la Secretaría General Iberoamericana, a fin de conversar sobre ambas lenguas como facilitadoras del diálogo cultural, su presencia en el mundo, su valor económico, presencia y perspectivas.

Para comenzar las formalidades, el lunes tuve el gusto de reunirme con Darío Villanueva, director de la Real Academia Española, y Francisco Javier Pérez, Secretario General de ASALE, quienes manifestaron su satisfacción porque comiencen el proceso de los requisitos previos, ya básicamente formales, para que la obra sea editada y así Asturias se una a escritores como Miguel de Cervantes, Rubén Darío, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges y Camilo José Cela. Como parte de mis actividades de Director, me toca realizar el trabajo de coordinación entre las entidades, a fin de escoger a los estudiosos a guatemaltecos e hispanistas cuyos trabajos de análisis de la obra sean incluidos. El motivo del homenaje fue la conmemoración del cincuentenario del premio Nobel de Literatura a Asturias, e integrar el trío compuesto entonces por Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Los directores más entusiastas fueron Francisco Arellano, de Nicaragua; Alfredo Matus, de Chile; Eduardo José Luis Vega, de Puerto Rico, y Javier Labastida, de México, estos tres últimos durante las reuniones de la ASALE en Santiago, San Juan y la ciudad de México. El más universal de los escritores guatemaltecos recibirá numerosos homenajes dentro de su país por el cincuentenario, pero la decisión de la RAE y de la ASALE tiene particular importancia, porque las ediciones conmemorativas tienen entre sus fines ayudar a mantenerlas en el escenario cultural subconsciente de esos casi 500 millones de personas para quienes el español es idioma de comunicación y creación. Ayer fui invitado a hablar acerca de la diversidad lingüística de Iberoamérica, y me centré en señalar la relación del continente americano para este fenómeno, consistente tanto en las palabras incorporadas al español como aporte de las lenguas vernáculas continentales en referencia a flora, fauna, etcétera, como de vocablos del español cuyo uso es más frecuente en unas zonas del continente, por razones de costumbre. Es importante señalar la relación entre las lenguas española y portuguesa, no solo por haber establecido bases importantes de la cultura iberoamericana, sino por estar en un proceso de expansión, sobre todo la convertida en la forma de comunicación en los países hispanoamericanos, Filipinas y Guinea Ecuatorial, en África.

Asistieron representantes de los gobiernos de España y Portugal, a nivel de ministros; Rebeca Grynspan, secretaria general de la SGI, y el doctor Darío Villanueva. Intervinieron Juan Manuel Bonet, director del Instituto Cervantes; Ana Paula Laborinho, del Instituto de Cooperación de la Lengua, de Portugal; Evanildo Bechara, de la Academia Brasileña de las Letras; Helder Ferreira Montero, filólogo de la universidad de Salamanca; Lucimeire Alves Machado, de la Complutense; Andrés Pedreño, exrector de la universidad de Alicante, y el suscrito. La idea más interesante fue dar a los 477 millones de hispanohablantes una autoestima de su lengua, y los datos sobre los 21 millones de estudiantes de español como lengua escogida y 90 universidades con departamentos de nuestra lengua.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.