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Financiamiento de la renuncia de Jacobo Árbenz

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Con motivo del bicentenario de la Independencia 1821-1921, se hace un recorrido de lo que hicieron los presidentes en la Hacienda Pública y los tributos en Guatemala, esta vez con ocasión de la renuncia del presidente Jacobo Árbenz, el domingo 27 de junio de 1954.

El Licenciado Raúl Sierra Franco, sujeto de este artículo fue catedrático universitario mío en la Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad de San Carlos de Guatemala, Decano de la misma 1962-1966, fue el segundo secretario de la Secretaría Permanente de Integración Económica (SIECA), entre otros cargos. Previamente había sido Ministro de Hacienda y Crédito Público de Jacobo Árbenz Guzmán, y en el mundo de esa escuela de economía tenía fama de honradez, por haber devuelto un dinero después de la renuncia de Árbenz.

Han ocurrido enfrentamientos armados y guerras que por la emergencia requirieron retiros de la Caja Fiscal. El caso del presidente Árbenz es el único documentado con detalle.

Este hecho lo dio a conocer el “Diario El Espectador”, de Guatemala, el viernes 23 de julio de 1954. Dice así esta nota: declaración personal y auténtica del propio exministro de Hacienda, emitida en fecha inmediata a la caída de Árbenz.

He aquí el texto literal: Con motivo de la emergencia nacional y a partir de la fecha de la suspensión de las garantías constitucionales, prácticamente se rompió el orden administrativo, lo cual se acentuó al iniciarse las operaciones bélicas en el territorio, dictándose órdenes a los distintos ministerios, los cuales tuvieron que permanecer en funciones ininterrumpidas, día y noche.

Para cubrir gastos del ejército, de la guardia civil, aprovisionamiento y otros derivados de la emergencia, el Ministerio de Hacienda a mi cargo recibió constantemente órdenes del entonces presidente de la república coronel Jacobo Árbenz para cubrir de inmediato estos gastos mediante recibos provisionales, los cuales serían legalizados en conjunto al terminarse las operaciones, ya que el presupuesto no contemplaba partida específica para esto; fue así cómo se suministraron fondos a la jefatura de las fuerzas armadas, a la guardia civil, al Ministerio de Gobernación y al Departamento de finanzas del ejército, abriéndose en la Tesorería Nacional una cuenta llamada “Gastos de la Emergencia Nacional” destinada a operar estas erogaciones.

Un hecho de trascendencia ocurrió el día 22 de junio, martes, fui llamado por el presidente de la república quien en su despacho me indicó que se hacían gestiones para obtener aviones y armamento, así como bombas y material para la defensa antiaérea, equipo que estaba escaso, pero que el gobierno amigo que proporcionaría ese equipo, necesitaba se le pagara en el acto, al estar concluida la operación, que para ello era necesario que la Tesorería Nacional tuviera disponible la suma de dos millones de quetzales, de los cuales un millón necesitaba en quetzales y otro millón en dólares, que para tal fin me pusiera al habla con el Presidente del Banco de Guatemala, para arreglar la operación, que cuando ésta se realizara y con base en la documentación correspondiente se formularía el acuerdo de erogación correspondiente, con indicación de la partida presupuestal que se afectaría.

En la misma fecha me comuniqué con el presidente del Banco de Guatemala, con quien hablamos ampliamente del asunto, sobre todo por la imposibilidad material que había para disponer de esa cantidad y quedamos pendientes que los ingresos y posibilidades fiscales, permitieran el contar con fondos para ello, ya que era necesario dar preferencia al pago de sueldos y asignaciones de carácter urgente.

josemolina@live.com

ESCRITO POR:

José Molina Calderón

Economista. Consultor en gobierno corporativo de empresas familiares. Director externo en juntas directivas. Miembro de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Autor de libros de historia económica de Guatemala.

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