SI ME PERMITE

La memoria de los nuestros nos debe estimular

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“No perdiste a nadie. El que murió  simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón”. Facundo Cabral

Los humanos somos propensos a seguir costumbres y tradiciones, las cuales si solo se hacen porque otros lo hacen, llegan a perder la razón y el sentido del porqué lo estamos haciendo.

Esta es una razón por la que debemos ponerle sentido del porqué lo hacemos, muy posiblemente otros no estén de acuerdo, pero eso no es lo que vale, lo que vale es la razón que nos está llevando a hacer lo que hacemos porque al final nos dará la gratificación que buscábamos.

Dentro de las costumbres que se ha habituado como tradición podemos contar el hecho de recordar a nuestros seres queridos que se nos han adelantado, y por ello es común visitar el lugar donde hoy están sepultados, llegamos para arreglar el lugar, adornarlo con flores y de alguna manera tener un tiempo de visita. Esto en ninguna manera está mal, pero no debe ser solamente esto y mucho menos una vez al año, sino que debe trascender en nuestra vida cotidiana en medio de la diversidad de actividades que desarrollamos.

Primeramente debemos hacer conciencia de que los honramos cuando asimilamos en nuestra manera de ser las virtudes de aquellos que en un tiempo vivieron con nosotros y hoy ya no están, pero nosotros recordamos cómo vivieron y si son virtudes que admiramos es una suficiente razón para incorporar en nuestra vida lo que ellos fueron y en la misma manera, si hubo conductas que nos molestaron o bien nosotros nunca estuvimos de acuerdo con ellas, saber cómo alejarse para que no terminemos haciendo lo mismo que en un momento criticamos y despreciamos.

Estos días también se prestan para reuniones familiares porque hay lazos que nos unen, y el solo recordarlos es razón para estar juntos. En estos momentos es que debemos tener una mentalidad constructiva y para no caer en rutinas tener planes propositivos que favorezcan la reunión y que deje un buen sabor cada reuniónn para ser recordado mañana como un tiempo que valió la pena y con la disposición de volverlo a repetir. Sin lugar a duda cada uno de nosotros tenemos memorias de reuniones que no quisiéramos repetir, pero también otras que buscamos pretextos para repetir.

Lo anterior nos enfrenta con una realidad que cada cosa que hacemos o cada vez que nos reunimos con otros la primera tarea que tenemos es la de un análisis de la realidad, en primera instancia cuán buenos fueron los aportes que pusimos de nuestra parte, y luego si la reunión fue suficientemente justificada para que la próxima vez volvamos a hacerlo, o bien por lo menos de nuestra parte tener razones justificadas para excusarnos sin tener que culpar a nadie por ello, pero entender que en nuestras prioridades hay una manera más provechosa para ocupar ese tiempo.

Nuestra sociedad es tan cambiante actualmente que lo que se hizo ayer no necesariamente se puede asegurar que será productivo y favorable repetirlo. El cuestionamiento se debe centrar en nosotros, definiendo qué es lo que queremos alcanzar y cuál es la meta en la que estamos interesados.

Muchos podemos gozar o lamentar lo que ya hemos hecho, es más de sabios planificar el mañana a la luz del ayer que hemos vivido a tener que ocupar el tiempo en lamentar algo que nada ganamos al final.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.