DE MIS NOTAS

Perdiendo la fe…

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El proceso es gradual. La pérdida de la fe en nuestras instituciones se desarrolla como el ejemplo aquel de las ranas cociéndose en un recipiente de agua hirviendo. Los cambios de temperatura fueron tan graduales que sus organismos apenas lo sintieron. Poco a poco se fueron adaptando hasta la etapa final que los consumió sin siquiera darse cuenta.

Pero yo protesto mi falta de fe en esos cambios que promueven. Me baso en que no puedo tener fe en activistas con hipocresías y doble moral. Se aplaude la persecución de los corruptos y organizaciones criminales operando a todo nivel. Se aplaude. Pero se demerita todo eso cuando se atropellan los derechos de los ciudadanos acusados en algunos casos, muy convenientemente por el pelotón justiciero y sus tambores de resonancia.

Esa mujer que representa a la justicia por algo tiene vendados los ojos y sostiene una balanza en la mano. Balanza es equilibrio, objetividad, justicia. La venda representa la imparcialidad de no ver sino los principios, el imperio de la ley, el estado de derecho, el poder coercitivo de la ley.

Al diputado Linares Beltranena se le quitó la visa con un evidente subtexto de presionarlo para cambiar sus posiciones legislativas en el Congreso. Más triste es la persecución penal iniciada por el MP con la anuencia de la Corte Suprema, todos presionados por el trencito CICIG para quitarle la inmunidad e iniciarle antejuicio. Inaudito, que la razón es por haber expresado en su calidad de legislador un punto de vista totalmente racional sobre una ley.

Pérdida de fe, que el exministro de Gobernación Vielman acusado por el caso Pavón, junto con Figueroa, Giammattei, todos liberados después de largos procesos, sufrimientos y costos. El único que está purgando condena perpetua, óigase bien, condena perpetua, es Erwin Sperinsen y sigue preso porque los querellantes adhesivos iniciados por la CICIG y el MP, en contubernio con los jueces de igual tendencia progre, no titubearon en descartar todas las pruebas, y aceptar los testimonios de escorias criminales como testigos protegidos. Especímenes con la inmoralidad propia del que vende su alma a conveniencia.

Pérdida de fe al ver como CALDH con orígenes guerrilleros logra convencer a un miembro de la Corte de Constitucionalidad para que presionen a sus pares y liberen al escrutinio público los audios de las deliberaciones privadas y confidenciales de las reuniones de la CC sobre el caso de Genocidio. Todo por el afán de que al salir a la luz pública esas deliberaciones el miembro quede como un paladín de la justicia y los otros como cómplices del genocidio. Y por supuesto se revoque la anulación de la sentencia. Inaudito… ¿Pero han levantado la voz por el Coronel Chiroy, preso sin juicio y hasta con pena cumplida?

Pérdida de fe, al ver a gente como Max Quirin y Julio Suárez guardando prisión sin respetar el derecho de presunción de inocencia y negándole las medidas sustitutivas a que tienen derecho pero que no se le da la gana al juez .La verdadera razón es venganza y quedar bien con los cicigueños y la mancha progre, enquistada hasta en la sopa diplomática.

Pérdida de fe que la CICIG no haya hecho absolutamente nada en contra del robo de energía eléctrica, una mafia llamada Codeca, que opera con vínculos estatales, que genera más de 200 millones al año que utiliza esos fondos para llevar a cabo tomas de carretera, invasiones de propiedad privada y pública. Y sin embargo, no levantan un dedo en contra de ellos. ¿Por qué?

¿Qué credibilidad puede haber en esos que pregonan los cambios en las reformas constitucionales? ¿En ellos tenemos que poner la confianza?

Paso…

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.