PLUMA INVITADA

Una ruta añeja que ahora es urgente

César Augusto Sagastume

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La sociedad civil de antaño fue visionaria, planificó y ejecutó la carretera Salamá-Guatemala, como una vía alterna a la ruta del Atlántico. Tres ofrecimientos, tres primeras piedras y tres engaños sobre un puente necesario en la carretera Salamá-Guatemala, vía La Canoa, que constituye la ruta alterna al Atlántico para descongestionar esa arteria vial que ha sido catalogada como una de las más importantes y más peligrosas, en donde circula el transporte pesado interoceánico, infinidad del transporte colectivo de distintos poblados de la región, de turismo, de productos perecederos y no perecederos y productos peligrosos sin control.

El Proyecto de construcción de la carretera Salamá-Guatemala vía La Canoa que concretó la sociedad civil de Salamá hace más de seis décadas constituyó la vía peatonal que nuestros antepasados patrullaron para llegar a la ciudad capital.

Entre los paladines de aquella sociedad civil se recuerda a Manuel Cuéllar, David Peláez, Jorge Antonio (Coco) Enríquez, Antonio Guzmán, Manuel y Juan Fernández, sin restar mérito a los salamatecos que trabajaron incansablemente en la construcción de esta importante vía. Esa vía es un testimonio del esfuerzo comunitario, dando aportes económicos y laborales, en una muestra genuina de participación ciudadana, sana y honesta.

Este proyecto, además de ser un ideal de los salamatecos, debe considerarse de interés de las Verapaces (regional) y, desde luego, nacional. Aún así no ha sido apoyado por los gobiernos de los últimos 50 años, pero sí se han aprovechado políticamente para llegar al poder, burlándose infinidad de veces para lograr su ambición política, sin que a la fecha hayan respondido a sus falsos ofrecimientos.

En la década de 1960, la carretera llegó al río Motagua y el reto más grande fue la construcción del puente La Canoa, destruido por los embates de la naturaleza. La lucha tenaz permitió edificar una nueva estructura, que fue derribada por la tormenta Ágatha.

En dos oportunidades, Otto Pérez Molina (cuando fue presidente) se prestó para montar el show de inaugurar el inicio de la obra y colocó la primera piedra. Actualmente se cuenta con el ofrecimiento del presidente Jimmy Morales, quien colocó por tercera vez la primera piedra, ojalá no se repita la historia y quieran hacernos creer la leyenda del Puente “Los Esclavos”.

Deben entender que el diseño del puente La Canoa debe seguir el principio arquitectónico del de Río Dulce, Izabal, con la seguridad de que se debe rediseñar el trazo según los tecnicismos respectivos de la carretera, vía La Canoa, para contar en el corto tiempo con una carretera alterna a la ruta al Atlántico, aprovechando que la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos; verbigracia: Salamá-Guatemala.

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