IDEAS

Sí es golpe

Algunas personas y grupos han aprovechado la crisis actual para pedir que se suspendan las elecciones. Estoy convencido de que no se pueden suspender las elecciones sin violentar la Constitución, por lo que considero que esta petición es igual a pedir que se realice un golpe de Estado, con todas las consecuencias —esperadas y no esperadas— de semejante acción.

El argumento principal utilizado para justificar este rompimiento constitucional es que “no podemos seguir con este sistema”. Proponen que se quite a Otto Pérez Molina y a Alejandro Maldonado Aguirre, reemplazarlos y formar un “gobierno interino” mientras se realizan los cambios.

Pues no sé usted, pero yo que he vivido tres golpes de Estado y varios intentos, le puedo garantizar que eso es exactamente lo que decían todos los golpistas. ¿Hay alguna diferencia? ¿Tienen “mejores intenciones”? ¿No son militares? Ninguno de esos factores hace que no sea un golpe de Estado.

Les guste a muchos o no, nuestra Constitución establece que somos una república y uno de los mandatos principales es la alternabilidad en el ejercicio del poder y la existencia de plazos no extensibles.

En el supuesto de que se suspendiesen las elecciones, ¿qué sucedería con el Congreso? Se tendría que disolver en enero de 2016, ya que termina el período y no habría diputados electos para reemplazarlos. ¿Qué sucedería con los alcaldes de todos los municipios del país? Igualmente, tendrían que dejar sus cargos y todos los gobiernos municipales quedarían acéfalos. Pueden decir que no dejen su cargo hasta que haya alguien que los reemplace, pero eso igualmente implica violentar los procesos y los tiempos que establece nuestra Constitución.

No nos engañemos, no se puede suspender el proceso electoral sin que sea considerado un golpe de Estado. Y si eso es lo que algunos quieren, que no se escuden en el “clamor popular” para ocultar sus llamados a la sedición, que por lo menos sean lo suficientemente valientes para aceptar que están promoviendo un golpe de Estado.

¿Cuál es la alternativa? Entender que se puede cambiar el sistema sin violentarlo. Para la mayoría quizá sea nuevo porque no han estado poniendo atención, pero somos muchos los que hemos propuesto reformas para cambiar el sistema desde hace tiempo. La mayoría de cambios ni siquiera necesitan de una reforma constitucional. Cambios a la Ley Electoral y a las que tienen que ver con la transparencia y el uso de los recursos de los tributarios se pueden y deben hacer en el Congreso.

Entonces lo que hay que hacer es canalizar la presión de la ciudadanía hacia los diputados para que empiecen a hacer los cambios correctos antes de las elecciones. Los de transparencia pueden entrar en vigencia inmediatamente; los cambios al sistema electoral, hasta el siguiente proceso electoral. ¿Es un proceso muy largo? En efecto, por eso hay que empezar lo antes posible.

Pero eso es muy distinto a —por la “premura”— tirar todo el sistema al desagüe. ¿Está usted realmente dispuesto a respaldar un golpe de Estado?

Fb/jjliber

ESCRITO POR:

Jorge Jacobs

Empresario. Conductor de programas de opinión en Libertópolis. Analista del servicio Analyze. Fue director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES).