Para los conocidos de la pareja, este fue un matrimonio que persistió medio siglo y que demostró el amor entre un hombre que trabajó como agente en la Policía Nacional y una mujer que lavaba los uniformes policiales de la ciudad de Chiquimula. De hecho fue así como se conocieron y dieron inicio a su historia.
Guillermo Antonio, originario de Cuilapa, Santa Rosa, y Elvia Argentina, de Chiquimula, construyeron juntos una historia digna de contar.
La mujer lavaba los uniformes de los agentes y así ayudaba a sostener a sus primeros cuatro hijos, producto de una unión de hecho anterior. Herrarte Castillo, por su lado, se encontraba de servicio en Chiquimula.
Ambos comenzaron una amistad. Pláticas amenas y largas que pronto se convertiría en un noviazgo lleno de detalles y costumbres, de esas parejas de antaño. Flores, salidas a comer y muchas sonrisas.
Se atrevieron a vivir juntos
Después de varios meses de noviazgo, el 16 de Julio 1966 Guillermo pidió la mano de Elvia para contraer matrimonio. Ella accedió y así comenzó la familia Herrarte Cetino.
Su “nido de amor” fue construido con el fruto de su trabajo en la colonia San Francisco, de la zona 3 de Chiquimula. Lugar en el que se mantuvieron y cosecharon muchas amistades.
Nacidos en diferentes circunstancias
Del fruto de aquel amor nació Guillermo Vicente Herrarte Cetino hijo único de la pareja. Guillermo amaba como propios a los hijos de la primera unión de Elvia – Rolando, Blanca Elizabeth, Edgar Anselmo y Silvia todos de apellido Cetino-, indican amigos y familiares..
“Mi papá estuvo durante 20 años como parte de la Policía Civil y tenía 25 de estar jubilado. Además formó parte del personal de Fundabiem durante 18 años”, dijo Silvia, hija de la pareja.
Al llegar a la tercera edad, quebrantos de salud principiaron a aquejar a la pareja. Este año, Guillermo, con 87 años, presentaba problemas en la garganta, y Elvia, 82, padecía de insuficiencia renal. Al final ambos murieron por un paro cardiaco.
Hasta el último suspiro
Los cuidados y constantes chequeos médicos ayudaron a prolongar la vida de la pareja, que este domingo falleció en su vivienda.
“No me atreví a decirle en el momento a mi madre que su esposo ya no estaba entre nosotros, porque no quise complicar su estado de salud; pero algo presentía ella, pues mi madre, que estaba en otra parte de la casa, murió minutos después”, comentó Silvia.
El reloj marcaba las 12:05 cuando Elvia falleció, 35 minutos después que su esposo. El hecho conmovió de sobre manera a familiares y amigos, quienes llegaron al lugar para participar en el velorio.
Reacciones
“Mis padres siempre me dieron lecciones de vida y de amor. Me indicaron que se debía ser fuerte y valorar las cosas buenas que hay en la vida, porque a veces son pocas. Espero que Dios los tenga en su gloria”, expresó Silvia.
“Eran una pareja realmente bella, de esas que ya no hay, que valoran el amor y la unidad. Me conmueve conocer este caso pero me inspira y me hace creer que todavía existe la gente que valora las cosas reales”, dijo Sofía Gutiérrez, vecina chiquimulteca.
Muchos familiares y amigos aún comentan lo increíble del caso, que sin ser una película ha demostrado que el lazo que une a dos personas que se aman puede trascender el tiempo, el espacio y quizá hasta la muerte.