“Muchos no se quieren salir de la playa, por eso yo llego hacia ellos. En algunos casos les hago favor de cobrarle a sus familiares que están a la orilla; además, el empaque lo guardo en una bolsa para posteriormente depositarlo en un basurero y no contaminar”, explicó el ingenioso vendedor.
Axel Cervantes, de 17 años, quien vende naranjas en compañía de su tío, en la 14 calle de Puerto Barrios, indica que muchas personas compran por docenas su producto, debido al calor, pues la mayoría prepara naranjadas para refrescarse,
Agregó que estudia el nivel diversificado, pero aprovecha el descanso de Semana Santa para vender y ayudar económicamente a su familia.
Control salubre
Estadísticas del departamento de saneamiento ambiental del Área de Salud de Izabal, indican que alrededor de tres mil vendedores temporales tramitaron su permiso de manipulación de alimentos, esto con el objetivo de contar con las medidas de higiene adecuadas en sus ventas ubicadas en sitios turísticos y lugares de concentración de personas en esta época.