Una publicación del 26 de enero del 2024 en National Geographic dio a conocer que la pieza fue localizada dentro de los restos de una tumba y una pirámide del 350 d.C., en el sitio arqueológico Chochkitam, cerca del límite de la biosfera maya con Belice.
La máscara hallada en Chochkitam está formada de pequeños cuadros tallados en jade y se complementa con piezas de concha de spondylus originaria del Oceáno Pacífico. Se cree que el objeto hallado en la cripta de Itzam Kokaj Balam representa una manifestación del dios de la Tormenta.
El hallazgo es atribuido al equipo del arqueólogo Francisco Estrada-Belli, guatemalteco e investigador de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans, EE.UU.), quien habría iniciado esta expedición en 2019 junto al apoyo de otros investigadores como Bhanny Giron de la Universidad de San Carlos de Guatemala o el epigrafista Alexandre Tokovinine de la Universidad de Alabama.
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Esta misión también habría llevado a los exploradores a encontrar varios objetos del asentamiento Clásico; entre ellos, dos placas de jade; un pedazo de resina de copal de tamaño similar al de una mano adulta; espinas de mantarraya; una vasija, un vaso y una olla de cerámica; un plato con tapadera de estilo teotihuacano; cerca de 16 conchas spondylus; así como huesos enteros y otros en pedazos.
Estrada-Belli comentó a Prensa Libre que el trabajo del epigrafista Alexandre Tokovinine permitió decodificar textos casi imperceptibles tallados en una estela ubicada frente a la pirámide, y un fémur. Esto logró desatar varios nodos históricos sobre la relación entre los pobladores de las tierras bajas mayas en Guatemala y el imperio teotihuacano de México.
“Es un hallazgo importante porque hay muy pocas tumbas reales de la época tan temprana de la época clásica. Los objetos nos abren una época de la que no se sabe tanto. Hay pocos textos sobre las estelas u otro tipo de objetos“, explica el investigador guatemalteco.
Según dijo a Prensa Libre el arqueólogo , este descubrimiento supone otros hechos y singularidades importantes para la historia mesoamericana y del país.
El arqueólogo añade que en base a la iconografía se logró determinar que el rey fue parte de la hegemonía de Teotihuacán, la cual pudo alcanzar varios centros de poder maya. “Se visto que los teotihuacanos hacían incursiones en tierras bajas mayas, pero mucha gente no lo cree. Estos nuevos hallazgos son evidencia para convencer a los más escépticos”, subraya Estrada-Belli.
Otra de las particularidades del reciente hallazgo en Petén tiene que ver con su forma “milagrosa“, ya que desde las primeras expediciones hace cinco años los investigadores se toparon con que una buena parte de las estructuras restantes en Chochkitam habían sido manipuladas.
“Desde 196o para acá el sitio ha sido saqueado, pero no le dieron a esta tumba. Es la más antigua del sitio y la encontramos intacta. Es un hallazgo milagroso”, comparte Estrada-Belli.
El arqueólogo explica que el descubrimiento también permitió determinar que una máscara como la recién descubierta habría sido saqueada hace varias deácadas. Esa primera máscara fue incluso utilizada por National Geographic para una portada de la revista en 1987.
Sobre la investigación
Según apunta el arqueólogo entrevistado, la recuperación del entierro y de los objetos fue muy difícil ya que el pozo en el que se encontraban había sido escarbado hasta más de 4 metros por los saqueadores, quienes además habían cortado el piso.
“Era un espacio reducido de 2 x 2 metros. Habían piedras que se podían caer y empezó a llover cuando exploramos. El techo sobre la tumb se había colapsado sobre uno de los esqueletos y solo había algunos fragmentos que se podían juntar. Fue trabajo de un año”, explica Francisco Estrada-Belli.
Además de un esqueleto encontrado en su 50%, la máscara y los demás objetos se mantienen resguardados para estudio y restauración en suelo nacional. El arqueólogo Estrada-Belli espera que la máscara de jade pueda ser entregada al Ministerio de Cultura y Deportes (MCD) en un plazo de uno a dos años.
De momento uno de los fragmenos de hueso está siendo analizado en la Universidad de Harvard, a través de las autorizaciones del MCD, según indica Estrada-Belli.
El arquélogo apunta que la investigación ha sido posible a través del financiamiento de la Fundación Patrimonio Cultural y Natural Maya Pacunam, la Fundación Hitz y la Fundación Alpha Wood, ambas de Estados Unidos.
Se planea que las exploraciones continúen y con ello se logren abarcar sitios aledaños a Chochkitam. Así como en años anteriores se mapeará el terreno con tecnología LiDAR.
Según apunta el arqueólogo, de momento las investigaciones en la zona han sido avaladas por la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural y el Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales.