El parque La Niña transforma la convivencia para los niños que viven en la zona 11 de Xelajú

Con juegos renovados, gramillas e iluminación, desde el martes pasado, los pequeños del lugar tienen un lugar para jugar y recrease luego de que se rescató el espacio, en donde solo quedaban juegos metálicos oxidados. En dos semanas habrá un columpio para silla de ruedas. 

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El parque La Niña, en la zona 11 de Quetzaltenango, luce revitalizado con la contribución de vecinos, el Cocode y un arquitecto. (Foto Prensa Libre: Fred Rivera)
El parque La Niña, en la zona 11 de Quetzaltenango, luce revitalizado con la contribución de vecinos, el Cocode y un arquitecto. (Foto Prensa Libre: Fred Rivera)

El parque de Residenciales Valle de Las Rosas, zona 11 de Quetzaltenango, recobró vida luego de que varios vecinos, empresas y un arquitecto unieron sus esfuerzos por transformar la convivencia de los niños en esa área de la ciudad altense.


“Convocamos a una reunión previa para que nos aprobaran el proyecto, ellos -los vecinos- dijeron que nos podía ayudar y que voluntariamente iban a dar una cuota de Q100 por casa. Logramos juntar Q1 mil 945. Habemos cuatro vecinos que empezamos a organizar el parque, dimos Q200 cada uno y yo, además, colaboré con mano de obra”, explicó Henry Pérez, jefe de seguridad de Residenciales Valle de Las Rosas e integrante del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode).

Agregó: “Tuvimos que comprar lámparas que costaron Q1 mil 300; albañiles, por Q1 mil; el bloc lo donó el Cocode, a un costo de Q500, los tubos del alumbrado costaron Q200. La colaboración total fue de Q6 mil 045 sin tomar en cuenta la mano de obra”. 

Además, el jardinero de la colonia donó dos días de trabajo para jardinizar el parque.

El parque La Niña, en la zona 11 de Quetzaltenango, luce revitalizado con la contribución de vecinos, el Cocode y un arquitecto. (Foto Prensa Libre: Fred Rivera)

El arquitecto Hansy Rulaman indicó que luego de platicar con los vecinos decidió invertir en estas instalaciones porque era un espacio desaprovechado y mal utilizado. El profesional aportó Q11 mil 200 para la reconstrucción del parque, entre el diseño, materiales y otros insumos.

“Los vecinos me permitieron realizar el proyecto y luego de un mes se logró habilitar este espacio que incluye área verde, columpios, resbaladeros, bancas y otros”, explicó Rulaman.

Daniela Sandoval vive frente al parque y considera importante la remodelación del parque, porque era un área abandonada. “El lugar era muy oscuro por eso se colocaron dos lámparas, en las noches llegaban jóvenes a ingerir bebidas alcohólicas y en ocasiones olores muy fuertes como marihuana y en las mañanas aparecían las botellas tiradas en la grama”, comentó.

Hans Lemus, otro residente de la colonia, señaló que el proyecto ayuda a la comunidad. “Se recuperó el espacio porque antes, por la oscuridad, los jóvenes se reunían a fumar y ese lugar no era aprovechado para su función inicial que es la recreación”, expresó.

El parque La Niña, en la zona 11 de Quetzaltenango, luce revitalizado con la contribución de vecinos, el Cocode y un arquitecto. (Foto Prensa Libre: Fred Rivera)

Según René Piedrasanta, otro vecino, en el parque no se consumían drogas ni licor, porque no estaba abandonado, solo “los juegos eran obsoletos”.

El parque

El parque cuenta con una mano robótica que sirve para que los niños jueguen durante su tiempo libre y dos murales hechos por el artista David Cotti.

Cotti refiere que colaboró con este parque porque servirá para la recreación de las familias de la zona 11. “En uno de los murales que pinté se observa un búho, el cual representa un personaje que cuida ciertas áreas, como un mensaje para que se preserve el lugar con la colaboración de todos y el otro mural es de una niña, ya que los vecinos cuentan que hace años murió una niña y ahora se escuchan movimientos en los columpios durante la noche, como si regresara a jugar a ese punto”, explicó Cotti.

Varios vecinos están conformes con el nombre, porque esa historia los ha acompañado hace varios años; pero a otros no les agrada.

El proyecto también tiene 38 árboles de pinabete alrededor del parque para conservar el medioambiente, como muestra de responsabilidad profesional al ejecutar proyectos de esta naturaleza.

Un juego de madera fue donado por Tigo, a un costo de Q26 mil, a cambio de instalar cable en el lugar, y dos porterías nuevas las dio un colegio cercano.

Algo novedoso en las instalaciones será un columpio para niños en silla de ruedas, que estará disponible en dos semanas y será el primero de su tipo en Xela. El costo será de Q4 mil 500, pagados por Rulaman.

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