Grupo de voluntarios cumplirá deseo de Navidad a adultos mayores

Un grupo de personas caritativas cumplirá el deseo navideño de los residentes del asilo Indigentes de San José, en Quetzaltenango, quienes a través de carteles transmitieron sus anhelos para esta celebración. 

Residentes del asilo comparten con Santa Claus para expresarle sus anhelos de Navidad. (Foto Prensa Libre: María José Longo)
Residentes del asilo comparten con Santa Claus para expresarle sus anhelos de Navidad. (Foto Prensa Libre: María José Longo)

El grupo Moriah hará realidad el deseo de 16 adultos mayores, quienes manifestaron tener un banquete navideño y recibir ropa para el próximo 24 de diciembre.


Entre las solicitudes de los ancianos están comer camarones, hamburguesas, pollo frito y recibir prendas de vestir.

La campaña Apapacha a un abuelito, se impulsa desde hace tres años, en la que los integrantes del grupo recibieron el apoyo de padrinos, quienes donarán los regalos y les cumplirán el antojo a los abuelitos.

“La iniciativa nació por la época y pensando que muchas veces los abuelitos que están en los asilos han sido olvidados por sus familias. Además, Navidad es para cumplir deseos sobre todo a los niños y en lo particular he notado que ellos se vuelven como niños, sus deseos son cosas básicas, pero que les sirven”, dijo Enrique Gómez, fundador de Moriah.

Agregó que el proyecto se logró cumplir a través de fotografías en las que se observaban a las personas de la tercera edad junto a una pizarra, donde escribieron lo que anhelaban.

“Deseamos que haya más personas que se puedan unir y que las actividades abarquen más de lo que hemos hecho hasta ahora que, es relativamente poco comparado con todas las necesidades que hay”, señaló Gómez.

El grupo Moriah está integrado por cinco personas, pero desean tener más voluntarios para cumplir con actividades como la que realizaran el próximo domingo, cuando entreguen los regalos en el asilo. Además, tendrán piñatas, marimba y un almuerzo para que los ancianos coman lo que pidieron.

Claudio Ochoa, de 84 años, es uno de los ancianos que pidió comer pollo, un pantalón y una camisa. “Me siento alegre porque es la comida que me gusta y la ropa que necesito para ponerme”, dijo.


Ochoa, quien recientemente fue intervenido quirúrgicamente, recuerda que ingresó al asilo el 22 de abril de 2010, uno de sus deseos también es poder ver a su familia reunida.

“La Navidad es una alegría, pero me siento triste porque estoy fuera de mi familia, tengo cuatro hijos, pero están en los Estados Unidos, trabajan en la construcción, ahorita estoy enfermo y nadie me viene a ver”, refirió Ochoa.

Los organizadores hacen un llamado para que más personas se unan a este proyecto y si desean contribuir con algo, que se comuniquen al 51315869.

Sentimientos encontrados

Patricia Guillén, vicepresidenta del asilo, indicó que la época navideña causa en los residentes del asilo sentimientos de felicidad, pero también de tristeza.

“Son sentimientos encontrados, porque hay alegría al ver a la gente y que los visiten, eso los llena mucho, pero recordemos que son personas extrañas, no es su familia, no son las personas que ellos quisieran ver, es felicidad por un lado y tristeza por el otro”, detalló.

La vicepresidenta agregó que el asilo es para personas sin familia, pero esto no se cumple en su totalidad.

“Hay personas que los vienen a dejar engañándonos, dicen que solo los conocen y cuando los ven que están bien, con su medicina y se les atiende entonces aparece la familia, hay pacientes que tienen 10 hijos, pero nadie se hace cargo de ellos”, explicó Guillén.

Jacobo Flores, uno de los 16 ancianos, compartió su mensaje navideño, en el que solicita comida y ropa. (Foto Prensa Libre: María José Longo)