La capacitación fue impartida por la Fundación Familias Mayas, cuyos integrantes creen que es necesario que los socorristas sepan cómo actuar en diferentes escenarios, entre los que se incluye caer al agua con equipo pesado.
Aunque las probabilidades de que en el Lago de Atitlán se registre un incendio en una embarcación son pocas, es necesario que los bomberos estén preparados para ese tipo de acontecimientos.
Además, los rescatistas con frecuencia son requeridos para apagar incendios forestales en bosques y montañas, donde por lo general hay ríos y lagunas, lo cual constituye un riesgo si se cae al agua.
De acuerdo con Zoe Marie Mara Smart, representante de dicha fundación, los equipos de acercamiento que se utilizan durante la extinción de un incendio están diseñados para permitir que los bomberos que caen al agua puedan flotar entre cinco y siete minutos mientras llega el apoyo; sin embargo, si no se cuenta con la orientación necesaria ese tiempo se acorta y puede ser mortal.
Un socorrista estadounidense especialista en rescates acuáticos y quien compartió su experiencia con los Bomberos Voluntarios dijo que lo más importante en ese tipo de incidentes, es que la persona que caiga al agua mantenga la calma, pues cuando se entra en pánico se desaprovecha el beneficio del traje.
Se dijo que es vital aprovechar los minutos que el traje permite flotar, pues debido a la exposición al humo, el sistema respiratorio de los rescatistas puede estar debilitado y se les dificultaría nadar para ponerse a salvo, por lo que por ningún motivo se deben entrar en pánico.