La víctima perdió ambas extremidades y se recupera en el Hospital Regional de Cuilapa, Santa Rosa, pero mientras esto pasa, en San Rafael, los pobladores manifestaron que sienten temor de que los felinos ataquen de nuevo, pues según ellos, no hay medidas de seguridad necesarias para resguardarlos. Por ejemplo el techo de cada jaula, que mide unos dos metros, se ve demasiado frágil.
Glenda Secaida, vecina, expresó que los tigres podrían escapar y causar más daños, por lo que pidió que las autoridades que “tomen cartas en el asunto”.
“Don Cipriano es un hombre honrado y trabajador, lamentamos lo que pasó”, dijo otra vecina que no se identificó.
Añadió que en la comunidad hay temor, pues la familia de Álvarez permanece en riesgo por los tigres y al predio ingresan niños que podrían acercarse a las jaulas y resultar lastimados.
Habla de la tragedia
Lusbin Álvarez, hijo de Cipriano y quien estaba a cargo de alimentar a los animales, recordó que el día del suceso, su padre se acercó a una de las jaulas para dar de beber a los tigres cuando fue atacado.
Dijo que lamentan lo sucedido, pues su padre no podrá trabajar más en los cultivos de piña, donde ganaba Q50 diarios.
A esta difícil situación, se suma la delicada salud de la esposa de Cipriano, Arcadia Ibáñez, quien desde hace algunos meses está enferma y en cama y necesita medicina constantemente. Ibáñez desconoce lo sucedido a su esposo.
El circo Hermanos Ponce dejó a los felinos en el predio ya que por el momento está instalado en un sector de la colonia San Rafael, zona 18 capitalina, y no puede hacer presentaciones con ellos debido a la prohibición de la Municipalidad de Guatemala de utilizar animales para espectáculos.
Se trató de conocer la versión de uno de los propietarios, pero indicó que no darían declaraciones sobre el tema.