Las nuevas tarifas
Las tarifas social y no social, subieron casi Q0.05 por kWh al mes en las distribuidoras de Energuate (Deocsa y Deorsa): en el segmento no social el aumento representa entre 2.3% y 2.6% y se situó en Q2.108 para Deocsa por kWh al mes y Q1.978 para Deorsa. En la social, el alza va de 2.5% a 2.7%, lo que representa Q1.97 y Q1.88 por kWh al mes, respectivamente.
Para los usuarios de la Empresa Eléctrica de Guatemala (EEGSA) subió Q0.02 centavos en ambos segmentos (entre 1.7% y 1.8%), así que mientras la tarifa no social, llegó a Q1.37, la no social se fijó en Q1.28 por kWh al mes.
En el segmento social, existe un subsidio para los usuarios que consumen de 0 a 88 kWh al mes, grupo compuesto por 2.8 millones de consumidores (alrededor del 94% del total).
Alzas constantes
Las tarifas han presentado alzas constantes por varios años para ambos segmentos, pues las tarifas establecidas para el trimestre de febrero a abril del 2022 representan un aumento de Q0.11 por kWh al mes (alrededor de 5%) para los usuarios de Deocsa y Deorsa, respecto a las de hace un año.
Para los de la EEGSA, el alza en ese plazo para la tarifa no social fue de Q0.07, mientras que en la social fue de Q0.06 o 5% para los dos casos.
Si se compara el 2022 con febrero del 2020, antes de que se estableciera el covid-19 como pandemia, las alzas son fueron de Q0.16 en las distribuidoras de Energuate.
Los motivos, según la CNEE
La Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) explicó que el alza se deriva del aumento de precios en el mercado internacional de los combustibles, que en algunos casos superan el 100%, de los cuales, en el país se usan principalmente dos para la generación: el carbón térmico y el gas natural.
El carbón, que representa alrededor del 25% de la producción de energía eléctrica en el país, subió en promedio 97% de abril a junio y de octubre a diciembre de año pasado, agregó la entidad. Aunque los precios registraron ciertas bajas entre noviembre y diciembre, se mantienen más altos que a inicios del 2021.
En tanto, el gas natural subió 61% en ese período, mientras el país importa energía eléctrica desde México generada con ese recurso. Aunque su aporte es menor al del carbón, también influye.
Aún así, la diversificación de la matriz de generación ha logrado reducir el efecto de incrementos tan fuertes en los combustibles. Sin embargo, tienen incidencia final en los costos que se trasladan a las tarifas de los usuarios, agregó la entidad.
Afecta la crisis internacional
El cambio de hábitos de compras en el mundo con un crecimiento de demanda de bienes de manufactura, también provocó una crisis en el sector energético y en el suministro de combustibles, lo que impactó en los precios de electricidad en Guatemala, según el estudio “Crisis energética global y el sistema eléctrico del país”.
Los bienes manufacturados demandan mucha energía para su producción, dijo el economista Daniel Fernández, quien efectuó el estudio y lo presentó el jueves 27 de enero al Instituto para la Competitividad Económica (ICE).
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Agregó que otra razón de esta crisis fue la baja en la producción de combustibles como gas natural y carbón al inicio de la pandemia; sin embargo, al aumentar la demanda mundial y se empezaron a levantar las restricciones, los precios subieron porque la producción no pudo retomarse al mismo ritmo.
Europa bajó desde hace años la producción de gas y carbón, aunque en algunos países europeos vieron la opción de retomar el carbón, no lo hicieron todos y por eso, las alzas de la electricidad son más marcadas que en Estados Unidos y otras regiones, explicó.
El precio a mayoristas, como el mercado spot, (compra venta en el mercado de oportunidad sin contrato) subió en Europa 372% y en Estados Unidos, 72%. En Guatemala, fue 62% más cara que en el 2021, mencionó como ejemplo.